El desafío que se impuso desde Casa de Gobierno a la gira de Martín Guzmán por Europa es “mayúsculo”, ya que el objetivo de máximo del Ejecutivo es que se le otorgue a la Argentina “amplias concesiones” que escapan, en principio, a las normas por las cuales se rigen los organismos internacionales.
Guzmán lleva a Europa la idea de renegociar los plazos de los vencimientos con el Club de París, foro acreedor al cual la Argentina le debe casi 9.500 millones de dólares, especialmente el de mayo por 2.300 millones, pero a la vez, que se le otorgue “aire en medio de la pandemia para poder recuperar su economía y volver a tener capacidad de pago”.
Según comentaron fuentes de Casa de Gobierno, el objetivo que lleva el ministro de Economía en esta gira es claro y contudente. “Si al gobierno anterior el FMI le prestó una cifra inédita en la historia del organismo y con dudas sobre el estricto cumplimiento del estatuto del organismo, consideramos que el trato debería ser igualitario y ahora darle mayor margen a nuestro país para que se recupere y tenga capacidad de pago”, puntualizó el funcionario consultado.
De todas formas, en Gobierno admiten que la negociación por un nuevo acuerdo con el FMI y renegociar el convenio firmado en mayo de 2014 con el Club de París van de la mano.
En el Ejecutivo estiman que el mensaje que recibirá Guzmán de sus pares europeos es que la Argentina avance en un acuerdo con el FMI para terminar luego de renegociar con el Club de París.
Dentro del gabinete resaltan que el objetivo de Guzmán es conseguir el respaldo de los directores europeos para que Argentina pueda congeniar con el FMI un acuerdo “especial”, con características distintas a las que se han otorgado hasta el momento.
Esas características “especiales” implican que el Fondo Monetario le permita cancelar los vencimientos de este año, por unos 4.200 millones de dólares, con la ampliación de los DEG (Derechos Especiales de Giro) y con el Club de París una postergación del vencimiento de este año.
“Tal como está el país, con la pandemia y como lo dejó la administración anterior, no se puede encarar pagos este año. No hay recursos, directamente”, se sinceró otra fuente oficial consultada por PERFIL.
El objetivo de máxima que está trabajando Guzmán y sus asesores, con un frente de presión interna que va en aumento, es que este año no salga un sólo dólar de las menguadas reservas que posee el Banco Central para cancelar vencimientos de deuda.
En el gabinete económico admiten que no hay margen de maniobra en función de la situación de las reservas de libre disponibilidad, las cuales rondan los 3.000 millones de dólares.
Pero a la vez, Guzmán viaja con una premisa muy difícil de conseguir, impuesta por el ala más dura del Gobierno: que se le otorgue a la Argentina más de 10 años para pagar la deuda que contrajo la gestión de Mauricio Macri con el FMI por 45.000 millones de dólares.El objetivo de ese sector es un plazo de 20 años, algo que ya el FMI y los propios directores europeos han expresado que “es imposible”.
En las últimas horas se volvió hablar de plazos más largos que los 10 años que contempla el FMI.Antes del viaje este tema fue analizado por el presidente Alberto Fernández con algunos líderes europeos, en conversaciones telefónicas que mantuvo en las últimas semanas.
En esas conversaciones, más allá de entender la situación, la respuesta de los funcionarios europeos fue que ese pedido iba a resultar muy difícil de lograr por parte de Argentina.
Ahora, Guzmán tiene cinco días para intentar de nuevo semejante desafío, una meta que hasta el momento aparece como inalcazable.
Gira europea
◆ Este domingo Martín Guzmán se reunirá con el ministro Federal de Asuntos de Economía y Energía de Alemania, Peter Altmaier.
◆ El miércoles llegará a Italia, donde dialogará con su par Daniele Franco.
◆ El jueves arribará a Madrid. Será recibido por la ministra de Economía y vicepresidenta segunda Nadia Calviño.
◆ El viernes cierra la gira en París, donde se reunirá con el minsitro de Finanzas francés Bruno Le Maire.