En el abecé del inversor argentino promedio existe sólo un destino posible a la hora de refugiarse cuando la tormenta dejó de ser un pronóstico y se convirtió en realidad: el dólar. Pero no sólo en la Argentina. Es más, por primera vez el Banco Central que comanda Martín Redrado acompaña la tendencia mundial del resto de las monedas que están devaluándose en forma vertiginosa, después de varios años de apreciación (algo que no ocurrió en el caso local).
La idea del funcionario es subirse a la tendencia global pero dosificadamente mediante lo que él llama "un régimen de tipo de cambio flotante administrado". De todas formas, tomando los tipos de cambio de América latina se encuentra desde la quiebra de Lehman Brothers (el 14-15 de septiembre) hasta el 8 de octubre, el real brasileño se desplomó 23%, el peso chileno un 14%, el peso mexicano un 13% y el colombiano un 11,5%, todas contra el dólar.
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