ECONOMIA
ALERTA EMPLEO

Hay señales de poco crecimiento económico

Los analistas creen que con una suba de la economía del 3,5% se podrá insertar cerca de un millón de personas en el sistema laboral formal. Esa es, de acuerdo con el Indec, la cantidad de argentinos que buscan trabajo en blanco, pero ocurre que hasta ahora el PBI subió un 0,7% respecto del cuarto trimestre del año pasado y no alcanza para ofrecer esos nuevos puestos de trabajo. Sostener el crecimciento económico y generar oportunidades laborales está entre los principales desafíos de la agenda económica que debe pilotear Massa como ministro y también como candidato del oficialismo.

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Industria. El sector automotor tracciona el crecimiento de la producción. | NA

Si bien la relación entre empleo y crecimiento no es tan clara en Argentina, se necesitaría un incremento mucho mayor de la actividad para incorporar a un millón de personas que están buscando trabajo. Sin duda, la dinámica que tenga la economía será un desafío en lo que resta del año y, en consecuencia, el impacto que tendrá en la generación de empleo formal. Eso tendrá carácter prioritario en la agenda del actual ministro de Economía, Sergio Massa, y candidato presidencial del oficialismo.

En condiciones normales, el PBI debería crecer al menos un 3,5% de manera sostenida para que esto suceda.

Según datos del Indec, en el primer trimestre de 2023 el producto bruto interno (PBI) ascendió un 0,7% respecto del cuarto trimestre de 2022, y un 1,3% si se lo compara con el mismo trimestre de ese año. La desocupación, en tanto, fue del 6,9%. Sin embargo, el vínculo entre estos dos factores no es lineal, advirtieron economistas a PERFIL.

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“La relación entre empleo y PBI en Argentina es muy variable con el ciclo económico”, afirmó a este medio Juan Luis Bour, director y economista jefe de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL).

La razón es que Argentina, “como todo país con altos niveles de informalidad, no se comporta igual que un país con alta formalidad”, en los cuales “cuando la actividad cae, también cae el empleo, y cuando se recupera, también se recupera fuerte el empleo”, detalló el especialista.

Bour aclaró que la economía argentina no se puede medir con los mismos parámetros que otras con mayor elasticidad entre fuerza de trabajo y PBI. Esto sucede en gran parte por la alta participación del empleo público en el total.

El crecimiento de este último es sostenido, independientemente de las condiciones económicas. “Pasa casi lo mismo con el empleo de informales y de cuentapropistas, con la sola excepción de la pandemia”.

Según el último informe del observatorio de la deuda social de la UCA, a fines de 2022, “solo el 40,3% de la población económica activa de 18 años y más logró acceder a un empleo pleno de derechos”. El resto se incorporó al mercado de trabajo a través de subempleos inestables (23%) o de empleos regulares, pero precarios (28%).

Eduardo Donza, investigador del observatorio y autor del estudio, aseguró a PERFIL que para que ese casi 60% que no accede a un empleo pleno de derechos pueda incorporarse al mercado laboral formal no basta con el crecimiento de la economía.

“Eso no alcanza, porque el producto bruto aumenta en forma sectorial, y uno puede tener un producto bruto que aumenta en sectores que no generan mucha mano de obra”.

Para el investigador, “lo que tendría que haber son políticas específicas que ayuden a esos grupos de trabajadores que no están registrados o tienen un trabajo muy precario”, y estas políticas deberían ser territoriales, específicas y focalizadas “en apoyo a una economía social o popular que involucra al 23% de los trabajadores ocupados”.

Si bien el nivel de desempleo bajó, los economistas sostienen que eso no fue necesariamente reflejo de un crecimiento económico. Según el director de FIEL, las tasas de informalidad y la rigidez de la legislación laboral hacen que, aun con una economía en recesión, “el empleo formal caiga muy poco”, lo que se explica porque, debido a las regulaciones argentinas, “es costoso despedir y recontratar cuando la economía se recupera”.

En el caso de los trabajadores informales, indicó Bour, los ingresos en tiempos de crisis caen con fuerza, por lo que “el proceso de ajuste de una recesión lo experimentan mucho más fuertemente los informales y los cuentapropistas”. Incluso, explicó, “el empleo total puede crecer en recesión, porque la población trata de buscar ingresos con trabajos informales”.

Por esos motivos, detalló el especialista, no se pueden hacer previsiones claras en Argentina. “Con instituciones laborales más normales, un crecimiento sostenido del 3,5 al 4% hace ‘milagros’”, sostuvo el economista. “Pero eso no es lo que tenemos disponible hoy”, sintetizó.

Según le explicó a PERFIL Camilo Tiscornia, director de C&T Consultores Económicos, lo que existe hoy es una mayor cantidad de personas entrando al mercado de trabajo, pero esta nueva fuerza de trabajo es menos productiva.

“Hay más gente trabajando y obviamente se produce más, pero que aportan cada vez menos”, subrayó el economista. “Los empleos que se están creando son poco productivos”. Tiscornia explicó que “es muy probable que se estén contabilizando como personas ocupadas aquellas que tienen algún tipo de asistencia social o están haciendo una actividad de poca productividad, o que están trabajando pocas horas”, con lo cual se trata de empleos que no van a redundar en “mejorar los ingresos y bienestar de la población”, concluyó.