ECONOMIA
eduardo costantini

“Hay una fuerte polarización de los precios de las obras de arte”

Ruptura. El tríptico de Bacon se vendió en US$ 142,5 millones.
| Cedoc Perfil

El mundo del arte fue sorprendido esta semana por la capacidad que demostró ese mercado de batir récords y, a raíz de la euforia que causaron la semana pasada las millonarias subastas del tríptico Tres estudios de Lucian Freud, pintado por Francis Bacon en 1969 en US$ 142,5 millones y el Ballon dog (Orange) de Jeff Koons por más de US$ 58 millones, PERFIL buscó una mirada local sobre el fenómeno.
Eduardo Costantini, quien fundó el Malba en 2001, señaló que “las enormes cifras que se van registrando muestran cómo cada día los inversores valoran obras que son superlativas, escasas, que producen fuertes rupturas en el lenguaje artístico y abren caminos a otros artistas”.
De acuerdo con el empresario, el interés por la compra de obras con estas características fue creciendo a nivel mundial con una particularidad: “Se observa una fuerte polarización en los precios donde pocas obras alcanzan enormes cifras y se alejan cada vez más de los valores promedio”.
Bajo esas premisas, ser coleccionista de obras con valuaciones siderales en el mercado sólo puede restringirse a reducido número de millonarios al rededor del mundo, casi un club de conocidos.
El elevado monto negociado por la obra de Bacon y que superó ampliamente el piso estimado por la casa Christie’s fue ofertado en cuestión de minutos, algo que llamó la atención de los presentes ya que superó los US$ 120 millones en que fue vendido el famoso cuadro de Edward Munch El Grito el año pasado.
Sin embargo, desde la visión de Costantini, en la Argentina la inversión en arte es un fenómeno en crecimiento permanente y mantiene una tendencia al alza mucho antes de la instauración del cepo, remontándose a más de seis años: “Las obras de nuestro país al igual que las de otras naciones de América latina han ido recuperando valor y al igual que en el resto del mundo el tiempo va premiando aquellas creaciones de verdadera calidad”, señaló con respecto a la visibilidad que los artistas de la región fueron cobrando a nivel internacional.
Con respecto a las sugerencias que el empresario podría dar a quienes buscan incorporarse al mercado del arte, Costantini destacó la necesidad de contar con el asesoramiento de profesionales que ayuden a un inversor a identificar los aspectos que hacen que una pintura o una escultura sea única.
No es una tarea sencilla identificar los rasgos sobresalientes que un artista puede plasmar en su creación y mucho menos evaluar cuáles serán los rasgos más valorados en el futuro, por lo que no considera que sea una tarea que se pueda emprender individualmente.
Con todo, y más allá de la oportunidad de negocio que las grandes subastas concretadas la semana pasada despertaron en el público, Costantini concluyó: “La mayor satisfacción que puede tener un inversor en arte es que lo llamen para que su cuadro sea exhibido en una galería, para que un gran número de personas pueda apreciarlo”.