Ahora resulta que frenan y toman medidas a diestra y siniestra en base al proteccionismo del mercado interno con respecto a las importaciones, lo que en parte, no está mal, pero este procedimiento proteccionista carece de profesionalismo, criterio y previsión.
Las cosas así resueltas a las apuradas y sin una profunda integralidad a la resolución de problemas, es un reflejo del cual ya venimos sufriendo los argentinos desde hace mucho tiempo. Pero cabe aclarar que si ya antes no había proyectos con previsión, hoy nos envolvemos en una lentitud aún mayor debido a que los mercados internacionales son muy dinámicos y nosotros no estamos a la altura de ellos y ni siquiera tomamos los instrumentos indicados para acercarnos.
Podemos escuchar sobre las medidas que comenta Silvina Tirabassi (Directora General de Aduanas), que lo único que hacen es desalentar a los comerciantes que hacen importaciones. Es fácil de decir que esa medida no es correcta. ¿Cómo puede afectar esa medida? Obviamente que de mala manera.
En primer lugar los mercados extranjeros que exportan a la Argentina, van a ver a estas medidas proteccionistas como reglas espontáneas que cambian en un instante y las convierten a este país como uno de los mas inseguros en materia impositivo-aduanera
En segundo lugar, se crean roces con las potencias extranjeras porque no logran introducir sus productos y el malestar de los comerciantes del país extranjero, se lo hacen saber a sus autoridades. Dejaremos de recibir productos que tal vez no lo podríamos conseguir aquí, entre ellos plásticos especiales, cristales de todo tipo, químicos, indumentaria, productos de alta tecnología, integrados, etc.
Nuestros consumidores se sentirán limitados con respecto a algunos productos que tal vez estaban acostumbrados a utilizarlos.
Una vez más la soberbia nos cierra ante otros países productores y esto quiere decir que de aquí en más, ¿cuantos países creerán en la Argentina como una potencia seria donde comprar o invertir con semejantes medidas disparadas en un día de lucidez impositivo-aduanera? ¿Acaso la historia, el beneficio, el país, se hace en un día?
¿Cuáles son las soluciones que habría que tomar? Muy sencillo, en primer lugar incentivar al productor y justamente “no con la presión fiscal”, sino todo lo contrario, bajar impuestos, bajar tasas, eliminar el impuesto al cheque, eliminar todos los impuestos distorsivos, sintiendo el empresariado industrial, comerciante, pequeño y mediano productor, que el Estado Nacional juega a favor suyo y no que es una amenaza de contralor de castigo en materia impositiva y sanciones.
Con estas medidas, ya la competitividad nacional, es superior en grado sumo, a los productos extranjeros, como para pensar en importarlos y sobre todo para egresarlos a territorios extranjeros. La historia ya nos ha enseñado tiempo atrás y repasemos un poco.
En la época de la Revolución, un poco antes y un poco después, nosotros exportábamos la lana, la producían en Inglaterra y nos vendían el producto terminado. La Argentina debería realizar las mismas acciones que la historia le enseñó. Debería importar muchos productos en lo posible materia prima y reelaborarlos para venderlos al exterior.
Esto funciona en un país del MERCOSUR, en Paraguay y se lo denomina “Sistema Maquila”. El cual recibe productos de países extranjeros con 0% de impuestos y lo industrializan para su posterior exportación. Tienen impuestos y tasas internas que ni siquiera llegan a porcentajes interesantes, como premio a sus productores.
Es importante que los argentinos que trabajan una y otra vez, todos los días del año y sufriendo todo tipo de presiones, entre las fiscales y también las de los sindicatos, de una buena vez, sientan un incentivo, y no un latigazo. La obsecuencia y ansias de poder en los cuatro años de Gobierno impide que el país avance.
(*) Experto en Comercio Exterior.