Este martes, el Frente de Todos alcanzó los votos para aprobar con media sanción el proyecto de Aporte Solidario Extraordinario, también conocido como "Impuesto a la riqueza" El mismo establece que los contribuyentes con patrimonios superiores a los $ 200 millones, paguen una alícuota especial, con lo cual el Estado prevé recaudar $300.000 millones que destinará a gastos relacionados a la recuperación económica pospandemia.
Si bien no es un impuesto habitual a nivel mundial, existen algunos casos similares. En ese sentido, dos ejemplos emblemáticos de esta práctica se ven en Alemania y en Francia.
El primero decidió aplicar dicho tributo tras la caída del Muro de Berlín. En su momento, el objetivo era recaudar dinero para ayudar a la reconstrucción de Alemania del Este.
Impuesto a la riqueza: el Frente de Todos logró dar media sanción al proyecto en Diputados
Sin embargo, el año pasado, el gobierno de Angela Merkel aprobó un proyecto de ley para suprimir a partir de 2021 este impuesto para la gran mayoría de los contribuyentes.
De acuerdo a la reforma implementada, los trabajadores con ingresos inferiores a 73.874 euros anuales dejarán de abonar el impuesto a partir de 2021. En tanto, los asalariados con ingresos de hasta 109.451 euros al año solo pagarán una parte y aquellos con ingresos superiores a esta cifra seguirán pagando la totalidad del mismo.
Esto significa que el 90% de los contribuyentes dejará de pagarlo, mientras que un 6,5% verá reducido el gravamen parcialmente y el 3,5% con mayores ingresos seguirá abonando el impuesto completo.
En el caso francés, el impuesto solidario se cobra a partir de 1,3 millones de euros, con tasa progresiva de 0,50% a 1,50%.
Fue implementado por primera vez en 1981, eliminado en 1986 y reimpuesto en 1988. El 1.º de enero de 2018 fue reemplazado por el impuesto a la fortuna inmobiliaria (IFI). El tributo buscó gravar principalmente los patrimonios inmobiliarios. De esa forma, la cantidad de contribuyentes alcanzados pasó de 350.000 a cerca de 150.000.
El impuesto a la riqueza y los efectos de la pandemia
También, existen casos de países donde la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus forzó al debate, incluso a aumentar dichos impuestos.
Un claro ejemplo de esto es España donde el gobierno de Pedro Sánchez anunció que, a partir del 2021, subirá los impuestos a las grandes empresas y a los más ricos para financiar el gasto social.
Pablo Iglesias, vicepresidente segundo y ministro de Derechos Sociales informó que subirán tres puntos porcentuales las rentas del capital a partir de 200.000 euros y dos puntos las rentas del trabajo a partir de 300.000 euros, mientras que el impuesto de patrimonio lo hará un punto para las fortunas de más de 10 millones.
Unión Europea resucita un impuesto a los bancos
Otro país que cobra impuesto a las grandes fortunas es Italia, uno de los más afectados de Europa por el Covid19.
El Gobierno busca impulsar un impuesto progresivo durante 2020 y 2021 a las ganancias anuales declaradas que tribute a partir de una alícuota del 4% a ganancias de u$s 91.200, y que vaya escalando la tributación por alícuotas hasta llegar al 8% para ganancias anuales por encima de u$s 570.000. Con esta medida piensan llegar a más de 800.000 contribuyentes.
Existen dos países en Europa que también impulsan este gravamen: Suiza y Rusia. En primer lugar, el gobierno de Vladimir Putín busca aprobar, en conjunto con otras reformas impositivas, un tributo a los depósitos bancarios del 13% a partir de los u$s15.000, mientras que en Suiza, un partido de la oposición propuso un impuesto único al patrimonio que grave la riqueza a partir de u$s 3.180.000 con una alícuota única del 2%, que busca recaudar más de u$s18.000 millones para paliar la crisis económica producto de la pandemia.
Los ejemplos regionales
También, existen ejemplos a nivel regional. En Brasil, por ejemplo, se presentó una propuesta de impuestos a los patrimonios a partir de los u$s10.000.000, con una alícuota inicial de 2,5% que se puede reducir al 1,5% si el contribuyente se presenta voluntariamente para el pago.
En Ecuador, un sector de la oposición, plantea un gravamen a los patrimonios a partir de u$s1.000.000, con una alícuota única de 0,9%.
El último caso es Chile. En el país trasandino, la oposición introdujo en el debate público la necesidad de cobrar un impuesto especial denominado “a los súper ricos”, que constaría de un aporte excepcional del 2,5% para los patrimonios igual o superiores a los 22 millones de dólares. De momento, la iniciativa no consiguió el apoyo completo de los bloques opositores a Sebastián Piñera.
LR
