ECONOMIA
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Inflación: Lousteau se jugó la cabeza, a favor de recetas menos alocadas que las de Moreno & Cía.

El ministro de Economía, Martín Lousteau no dijo hoy que está a favor de una inflación desbordada y de los mecanismos distorsivos que la alimenten. Por el contrario, se quejó públicamente de ese escenario y acaba de jugar en consecuencia una ficha, quizás la última, a favor de una inflación "moderada y previsible", para poder mejorar así la distribución del ingreso.

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El ministro de Economía, Martín Lousteau no dijo hoy que está a favor de una inflación desbordada y de los mecanismos distorsivos que la alimenten. Por el contrario, se quejó públicamente de ese escenario y acaba de jugar en consecuencia una ficha, quizás la última, a favor de una inflación "moderada y previsible", para poder mejorar así la distribución del ingreso.

A contramano de lo que opina una buena parte del gobierno que él integra, el funcionario acaba de reponer el caballo delante del carro, de donde lo sacaron desde hace muchos meses las teorías de los usos múltiples de los instrumentos económicos, tan cara a quienes piensan que "un poco de inflación no hace mal" o que "no se debe enfriar la economía".

Lousteau afirmó, nada más ni nada menos, que la distribución del ingreso será cada vez más regresiva con inflación, ya que su poder de erosión constante ataca primero que a ninguno a los pobres, toda una verdad de Perogrullo que cuesta ser entendida por muchos, aunque se digan parte de un gobierno progresista. Lo que hizo también el ministro fue responder, aunque con mucha delicadeza, al bombardeo de dudas que a diario le plantean agentes económicos de aquí y del exterior sobre la cuestión inflacionaria, sobre los remedios a aplicar y sobre la metodología de medición del Indice de Precios, más propia de una libreta de almacenero que de un Instituto de Estadísticas.

Quizás esta admisión pública de que la inflación actual no es para nada moderada y que las acciones oficiales que se toman para contenerla impiden construir previsibilidad, le cause a Lousteau de ahora en más muchos dolores de cabeza y hasta podría pensarse que su apelación a favor de la racionalidad económica es el precio que ha decidido pagar para irse del Gobierno por una puerta algo más decorosa, en relación al oscuro papel que aceptó cumplir hasta ahora.

Según otra hipótesis, si el joven ministro salió a hablar tal como lo hizo es porque ha convencido a quien debía convencer y, por lo tanto, ha recibido un aval inesperado de sostén hacia su figura, lo que debería servirle de contrapeso a las afrentas que recibe a diario de supuestos subordinados, como es el secretario de Comercio, por ejemplo.

Sin embargo, dentro del contexto actual, los mercados han leído las declaraciones de Lousteau con bastante preocupación, sin comprar esta segunda interpretación, lo que se ha visto reflejado durante la jornada en el derrape adicional de bonos y acciones y en la suba del valor del dólar.

Para los operadores, la causa de todos estos movimientos de cobertura es lo que se interpeta como un triunfo del ala más dura del Gobierno, la que pretende avanzar con la Ley de Abastecimiento y los precios máximos en ristre y cuyo rostro visible es Guillermo Moreno, justamente, un hombre nada moderado y además imprevisible, contracara de la jugada realista que hoy ensayó Lousteau.