El ministro de Economía, Axel Kicillof, fue mucho más cuidadoso de las reservas del Banco Central que el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray. Mientras el sabueso mayor amplió el rojo de la cuenta turismo al gastar con tarjeta en una exclusiva zona de Río de Janeiro, en Brasil, el economista de 42 años esta vez eligió descansar en el país. Aún con propiedades en Colonia, Uruguay, despidió el 2013 en las sierras cordobesas, sin necesidad de tener que comprar las divisas que tanto necesita el Gobierno.
Mientras Echegaray vivía su reveillon (el fin de año en Río), Kicillof se fue con su familia al Valle de Calamuchita, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Córdoba, donde brindó en un paraje de 80 habitantes, llamado Villa Quillinzo. Se trata de una localidad que hasta hace poco no tenía electricidad y casi sin señal de celular.
Kicillof evitó así, en tiempos de bronca social, repetir el mal trago que había vivido el verano pasado, en febrero de 2013, cuando había sido abucheado en un Buquebus con su hijo en brazos. Ahora, en cambio, hasta se fotografió con dos militantes del justicialismo, según contó ayer el diario cordobés La Voz del Interior.
Kicillof no estuvo presente en la conferencia de prensa donde se anunció un acuerdo de precios con supermercadistas “por un imprevisto personal”, según contaron voceros de Economía, que le impidió regresar desde Córdoba.
Tras el acto, la agencia oficial Télam publicó declaraciones suyas sobre el tema sin referencia de origen. La periodista Julieta Fantini, de Radio Mitre Córdoba, que vive en la zona, indicó en tanto que “la información era que Kicillof se quedaba hasta el 4 de enero (por hoy)”.
Quienes se retrataron con él jugaron al misterio. Uno, Lucas López, comerciante de Berrotarán, hizo saber a través de su esposa que “todo lo que se dice es falso”. El otro, Sergio Stoppa, dueño de un vivero y con aspiraciones a intendente, se manifestó en igual sentido y señaló no querer dar precisiones del encuentro con Kicillof.
En el lugar, una fuente cercana a uno de ellos reveló: “La cholulez pudo más y ahora se asustaron, porque son militantes del PJ, ligados al gobernador José Manuel de la Sota”.