La estrategia oficial de acercarse a la clase media se verá complicada por la batería de medidas que acaba de lanzar el Gobierno. Es que el balance entre los beneficios otorgados por la suba del salario mínimo y del mínimo imponible de Ganancias, versus las alzas en las tarifas de electricidad, gas, transporte y comunicaciones, arroja como perdedores a los sectores medios.
Estrictamente, el tarifazo no arrancó con los anuncios de esta semana, sino que viene pegando fuerte, especialmente en los sectores de ingresos medios y altos, desde junio, cuando se empezaron a sentir las subas de la televisión por cable y de los pasajes aéreos de cabotaje. En julio se sumaron las de los taxis, y este mes empezarán a impactar el aumento de los servicios de medicina prepaga y los seguros de automóviles. En las facturas de agosto figurará la suba de la tarifa eléctrica que entró en vigencia desde julio. Además, se esperan las subas de otras tarifas postergadas: gas, transporte público de pasajeros de corta distancia y agua y servicios sanitarios.
Durante un acto en San Martín, la presidenta Cristina Kirchner apuntó ayer una vez más a los sectores más ricos del país y que se rehúsan a la redistribución del ingreso. “Dejen construir la Argentina de los que creemos que podemos estar todos un poco mejor”, les dijo.
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