ECONOMIA
En crisis

La tuberculosis crece a la par de la pobreza

La enfermedad avanza con la crisis y está ligada a los ciclos económicos. El conurbano y el norte, los más perjudicados.

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Tuberculosis, enfermedad infectocontagiosa. | AFP

La curva de crecimiento de la tuberculosis en la Argentina tiene sus picos los años de crisis socioeconómicas. Desde que empezó a haber registros oficiales sobre la enfermedad, en 1980, la tendencia general de los casos fue a la baja, con tres excepciones claras: en 1992 y 1993, después de la “hiperinflación”; en 2003, tras el estallido de diciembre de 2001; y desde 2014 hasta el presente, un período signado por la alta inflación y el estancamiento económico.

La tuberculosis, una enfermedad asociada a la pobreza y a las malas condiciones de vida en los centros urbanos, tuvo en 2017 un nivel de incidencia de 26,5 infectados cada 100 mil habitantes. A lo largo de ese año hubo 11.659 casos. En 2013, la enfermedad había tocado su piso histórico, con una tasa de 21,6 y 9.070 casos. Las cifras de 2018 recién se conocerán en 2020, pero ningún experto cree que haya chances de que la tendencia se revierta.

Para la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, los principales perjudicados son los más jóvenes. “La tuberculosis afecta a todos los sectores sociales y etarios, pero estamos advirtiendo un crecimiento notorio entre los adolescentes”, dijo a PERFIL la neumonóloga Cristina Brian, integrante de la entidad. Esa noción va en línea con las cifras que UNICEF difundió esta semana, que marcan que el 42 % de los niños, niñas y adolescentes del país viven debajo de la línea de pobreza, y un 48 % sufre por lo menos una privación de sus derechos básicos y fundamentales.

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Tuberculosis y crisis económicas

“La tuberculosis es una enfermedad muy ligada a los ciclos económicos”, analiza la socióloga Soledad Beltrame, que trabajó en programa de la Secretaría de Salud dedicada al control de la enfermedad. “Cuando el país se empobrece y empeoran las condiciones de vida de la población, se espera que aumenten los casos. Tiene que ver con la mala nutrición y con la falta de acceso a la vivienda que lleva a mucha gente a vivir hacinada”, sostuvo.

El ex jefe del Programa Nacional de Control de la Tuberculosis durante el kirchnerismo, Raúl Álvarez, no carga las tintas contra la Secretaría de Salud ante el aumento de la enfermedad. “Por más bien que se hagan las cosas, no pueden impactar en la curva de la enfermedad más de un 5 %. Los técnicos son gente comprometida, pero la política económica va para otro lado”, apunta.

La tuberculosis se contagia a través de un bacilo que está presente en una de cada tres personas, por lo que no es un patrimonio exclusivo de los pobres. Los que tienen déficits en el sistema inmunológico son especialmente vulnerables. Por eso suele presentarse en tándem con otros problemas como la mala nutrición, el VIH, las adicciones, la diabetes, el tabaquismo y las enfermedades reumatoides. En las cárceles, su nivel de incidencia es mayor.

Los argumentos morales y económicos para erradicar la tuberculosis

¿Cuáles son los síntomas?

  • Tos
  • Fiebre
  • Cansancio
  • Sudoración
  • Dolores en los pulmones (donde actúa el bacilo)

Los enfermos la contagian a través del aire. El tratamiento se hace con drogas que suministra gratis el Estado, pero hay que tomar varias pastillas por día durante seis meses. Eso hace que la tasa de abandono sea alta y se generen formas resistentes de la enfermedad.

“La pobreza no es el único factor que genera tuberculosis”, asegura la doctora Brian, de la Asociación de Medicina Respiratoria. Y agrega: “El gran problema que tenemos es la desinformación, porque muchos médicos piensan que la tuberculosis no existe, entonces no la diagnostican y se vuelve más grave”.

A nivel geográfico, el 55 % de los cuadros de tuberculosis en el país se concentra en el área metropolitana de la ciudad de Buenos Aires, que ocupa apenas el 0,5 % del territorio nacional. En los últimos años, el incremento más espectacular lo sufrieron los bonaerenses, traccionados fundamentalmente por el conurbano: en 2012 eran 22 casos por 100 mil, y en 2017 fueron 30, lo que significa un aumento de más del 25 %. Las provincias de Salta, Jujuy y Formosa tienen las tasas más altas, de entre 40 y 55 %.