Están los que dicen que hay “un Rodrigazo en cuotas” y los que comentan que “el Rodrigazo ya empezó”. Todas las comparaciones con el brusco ajuste de tipo de cambio y tarifas aplicado por Celestino Rodrigo en 1975 intentan graficar, con distintas intenciones, la gravedad del momento económico que atraviesa el modelo kirchnerista, con inflación en alza, costo de servicios públicos reprimidos y una marcada suba del dólar en los últimos días. Carlos Leyba fue subsecretario de Economía durante la gestión de José Ber Gelbard como ministro de Economía. Hoy asesora a empresas y es profesor en la Universidad de Buenos Aires.
—¿Estamos ante una reedición del Rodrigazo?
— Honestamente, el Rodrigazo fue una decisión brutal global de un grupo de personas con una estructura de fanatismo que si bien alguien puede decir que alguien puede tenerla hoy, no es la misma. La mayor parte de los autores de la medida eran parte de los Caballeros del Fuego, estaban “iluminados” y eran parte de una lucha contra el mal. Hoy esa locura no está y me parece exagerado emparentar el hoy con aquel momento.
—Se habla de un Rodrigazo en cuotas, como ha señalado por ejemplo el ex ministro Roberto Lavagna.
—Como toda simplificación tiene la simpatía de la frase hecha, pero no explica absolutamente nada desde lo técnico. Tampoco las condiciones objetivas son similares. Aquí no me parece que haya ocurrido hasta hoy un rompimiento de contratos como en el Rodrigazo. Si quieren asimilar la idea del Rodrigazo a medidas drásticas, pueden, pero hay que esperar la política salarial y las paritarias para ver si terminamos en cosas parecidas al Rodrigazo.
—¿Cómo ve esa discusión?
—Hay un problema histórico en las convenciones colectivas, que es el mecanismo sucesivo, que no es feliz. Eso genera una carrera contra la tasa. No es lo mejor para este momento. Evitar eso no es sencillo, pero habría que abrir un diálogo para que el conjunto de los sectores que ha manifestado vocación de entendimiento conversen sobre la situación del país, más allá de los salarios.
—¿Sirve esta devaluación?
—Claramente en principio es algo que mejora ciertas situaciones. Pero reitera la idea del paso a paso en la que toda la gestión K ha incurrido desde el primer día. Según tengo entendido, el propio ministro decidió trasladar 7% de aumentos a ciertos productos, por lo que reconoce que hay traslados que van a otros traslados que terminan por afectar el poder adquisitivo.
—¿Se puede estar incubando un Rodrigazo, entonces?
—Ni post Rodrigazo ni pre Rodrigazo. Hay una situación compleja. El empleo puede estar en riesgo. Tenemos una vocación de fuga notable y tenemos tendencia negativa en reservas e inflación en alza. No estamos en condiciones para dejar que las cosas se acomoden solas.