Hogar, dulce hogar. Nunca mejor esta síntesis para simbolizar el fenómeno de los cambios de hábitos de la sociedad en este escenario versión ’09: la gente sale menos, elige servicios “a domicilio”, cuida su bolsillo, pero sigue gastando.
El contexto está claro, con ganadores y perdedores, y con un consumidor que, a diferencia de lo que ocurrió en el derrumbe económico de 2002, no se contrajo en los niveles de aquellos tiempos, aunque se caracteriza por su marcada “selectividad”. Entonces, crecen todos los servicios relacionados con el “in house” y caen los vinculados al esparcimiento y entretenimiento fuera del hogar.
Para Guillermo D’Andrea, consultor y especialista en Marketing del IAE, no sólo se cambió “salir o ir a cenar afuera” por una opción más económica, sino que en la actualidad la gente “elige”: “Si quiere ver una película en el cine, después no va al restaurante y come en su casa. O está la alternativa de alquilar un video y poder ir a tomar un café o un trago afuera”.
Hay algo claro en este escenario: la gente se sigue encontrando, pero lo que varió es el lugar donde se junta. Así se explican los datos auditados por la consultora CCR, en los que se observa que, comparando el primer trimestre del 2009 con lo que sucedió en el mismo período del 2008, la venta de harinas creció un 3,8%; la de fideos, un 4,7%; la de tapas de empanadas y tartas, un 8,4%, y hasta la del detergente, un 7,7%. Otros productos que tienen más “salida” son los congelados, lácteos y bebidas sin alcohol (aumentaron un 3,6%, un 2,9% y un 8,2%, respectivamente). “Es una especie de ‘afuera hacia adentro’ o de ‘paso a paso’. Se empiepuestos familiares y, una manera de hacerlo, es resignando salidas como ir a comer o tomar algo afuera, lo que
afecta a este sector”, explica Gustavo Granzella, director de operaciones de la norteamericana.