Por primera vez desde la introducción de los cultivos transgénicos o genéticamente modificados (GM), hace casi dos décadas, los países en vías de desarrollo sembraron más hectáreas de cultivos GM que los países industrializados, contribuyendo a la seguridad alimentaria y a aliviar la pobreza en algunas de las regiones más vulnerables del planeta.
Los países en desarrollo sembraron el 52% de los cultivos GM en 2012, un poco más que el 50% del año anterior y más que el 48% cultivado en 2012 por los países industrializados, de acuerdo con el informe dado a conocer hoy por el Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones Agro-Biotecnológicas (Isaaa).
El año pasado también marcó un crecimiento de cien veces en el área sembrada con cultivos transgénicos, con 170 millones de hectáreas, en comparación con el 1,7 millón cultivado en 1996, cuando estos cultivos se sembraron por primera vez. “Esto hace que los cultivos GM sean la tecnología de más rápida adopción en la historia reciente de la agricultura”, señaló Clive James, autor del informe anual y director fundador de Isaaa.
“La adopción de los cultivos GM en los países en vías de desarrollo ha crecido ininterrumpidamente hasta alcanzar y superar a los países industrializados en 2012, un hito inimaginable para algunos”, señaló James. Esto sucede en el momento en que el mundo cultiva más transgénicos que nunca.
“Este crecimiento contradice las predicciones de los críticos, que antes de la comercialización de la tecnología, en 1996, declararon prematuramente que los cultivos GM eran sólo para los países industrializados, y que nunca serían aceptados y adoptados por los países en desarrollo”, agregó James.
El informe enfatiza que en los países en desarrollo se perciben cada vez más los beneficios de cultivar transgénicos, los que no sólo han tenido mejores rendimientos, sino que también han permitido ahorrar combustible, tiempo y maquinaria, reducir el uso de pesticidas y obtener productos de mejor calidad y más ciclos de cultivo.
Desde 1996 hasta 2011, los cultivos GM contribuyeron a la seguridad alimentaria, a la sustentabilidad a través del aumento de la producción, valuada en US$ 98,2 mil millones; el beneficio ambiental de usar 473 millones de kg menos de ingredientes activos de pesticidas; la reducción, sólo en 2011, de las emisiones de CO2 en 23 mil millones de kg, equivalentes a retirar 10,2 millones de automóviles de las rutas.