Desde que el kirchnerismo decidió intervenir en el INDEC, hace ya dos años, la medición de la inflación generó polémica y más de una interna entre los economistas del gobierno. El último capítulo enfrentó al cuestionado secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, con el presidente del Banco Central (BCRA), Martín Redrado.
La discusión comenzó por el Informe de Inflación trimestral que el BCRA publicó la semana pasada. En ese trabajo, los técnico no usaron el desprestigiado Índice de Precios al Consumidor (IPC), que todos los meses calcula el INDEC, sino el Índice de Precios Implícitos (IPI).
Este índice de precios se calcula en base al Producto Bruto Interno (PBI) y mide las variaciones de los salarios reales, descontando la inflación. Medidos con el IPI, los salarios de 2008 cayeron un 2,7%, mientras que el cálculo hecho a través del IPC arroja que aumentaron un 10%, informó el diario El Cronista Comercial.
"Son unos burros", habría exclamado Moreno al enterarse de la noticia, según el matutino. El Banco Central evitó confrontar con más declaraciones. Lo cierto es que, para calcular la inflación y su impacto real sobre los salarios, lo correcto sería tomar el IPC, pero economistas privados lo consideran imposible porque se convirtió en un índice "poco fiable".