Tras la brusca devaluación y el salto inflacionario, la produ-cción industrial tuvo en mayo un retroceso de 1,2% que interrumpió 12 meses de caída según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Pareciera que las fábricas se enfrentan al menos a un semestre de ajuste doloroso. Basta leer si no, a Miguel Acevedo, referente de Aceitera General Deheza y titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), principal sello empresario del país. En diálogo con PERFIL, dijo que se vienen meses duros, pidió que bajen las tasas y advirtió que la ganancia de competitividad con el dólar a $ 30 puede ser transitoria.
—¿Qué espera para este segundo semestre?
—Se viene una retracción claramente. Hay que decirlo bien claro: acá hubo una crisis de moneda, no económica sino financiera. Pero ahora esto va a repercutir claramente en la economía. Nunca es una sola cosa lo que te produce un remezón como éste, pero principalmente la situación externa fue clave. Ahí también está que nosotros confiamos mucho en el financiamiento. Muchos gobiernos han vivido siempre a través de la deuda, gastando más de lo que se producía y eso está pasando. Ahora tendrá que verse cómo se ajusta.
—El viernes el dólar llegó a rozar los $ 30. ¿Cree que es un techo?
—Quiero ser realista. A mí me parece que el temblor financiero recién comienza en el mundo. Vamos a empezar a tener tasas más altas y eso está repercutiendo en todos los mercados emergentes y se va a seguir sintiendo. Hemos tenido tasas bajas y eso creo que se ha terminado. Sumale a eso las peleas comerciales de los americanos con los chinos y europeos. Tenés un cóctel explosivo
—Esa crisis en nuestro país impacta mucho más fuerte que en la región. ¿Por qué?
—Porque la Argentina está más endeudada con respecto a otros países. Porque depende del financiamiento más que otros países. Y no lo digo como industrial sino como argentino: tenemos que empezar a producir y exportar más. En eso estoy muy de acuerdo con el ministro Dante Sica que habló de empezar a trabajar con las pymes para una salida exportadora. Creo que va a ser así. Vas a tener un mercado interno mucho más duro, recesivo, y una forma es salir exportando. Y la Argentina necesita eso. La Argentina va a necesitar producir más dólares, aparte de ajustar y gastar menos.
—En la UIA muchas veces se pidió dólar alto. Este dólar súper alto, ¿no los favorece?
—El dólar es una de las variables y lo que no tenemos que dejar nunca es que nos pase como pasó, que esa variable quede muy por debajo de las otras. Si vos dejás el dólar subvaluado, llega un momento que se te produce una devaluación. Ahora se ha corregido, pero de vuelta, hay que ver que se mantenga. Por eso a mí no me gusta decir “éste es el dólar que está bien”, porque con inflación alta en seis meses volvés a tener el dólar atrasado si no lo equilibrás con lo demás. Además, no es inmediato que sube el dólar y salgo a exportar.
—Se reunieron con el ministro Sica. ¿Les dijo si bajarán las tasas?
—El ministro no dijo mucho. Sí habló de la ley pyme y de créditos a tasas subsidiadas. No se pueden tener tasas tan altas. Podés usarla para corregir, pero no se pueden mantener tasas del 40% y creo que el presidente del Banco Central lo sabe. Si no, destruís las cadenas de valor, porque se empiezan a alargar los plazos de pago. ¿Qué incentivo tenés con tasas de 40% que te paga el Gobierno para prestar al sector privado? A pesar de que tengas paliativos con líneas para el sector productivo, estas tasas se tendrán que bajar.
—El Gobierno hace un dogma con la búsqueda de “recuperar confianza” en los mercados. ¿Lo logra?
—Lo de recuperar la confianza e ir al Fondo Monetario no está mal. Es una herramienta. Pero después vos tenés que, aparte de recuperar la confianza, definir cómo hacés para pagar. Acá estamos muy acostumbrados a festejar cuando conseguimos un crédito, pero una empresa festeja cuando lo paga al crédito. El privado festeja cuando se sacó de encima el crédito.
—¿Vamos a ver destrucción de empleo industrial?
—A nosotros nos daba 3% de crecimiento en abril, con diferentes velocidades. Hoy el reflejo es de preocupación, con tasas altas y un mercado interno que se está retrayendo. Si salimos hechos, si tenemos 0,5% de crecimiento de la industria, sería un éxito. El empleo industrial estaba cayendo un poco ya antes de esto, aunque es muy heterogéneo. El mismo gobierno te dice que se va a frenar la obra pública, que era muy fuerte. No quiero ser pesimista ni agorero, pero es muy posible. Ojalá que el año que viene se empiece a recuperar y cambie.
—El salto inflacionario obliga a rever paritarias. ¿Qué opina?
—Se va a tener que ver sector por sector y hay que ver cómo se tiene que hacer. Posiblemente muchos sectores puedan hacerlo en cuotas, no ya. Porque estamos hablando de una inflación que se va a ir dando durante todo el año. Hay que ver en un mercado recesivo si los productos de consumo van a poder trasladar las devaluaciones a los precios, ¿no? Ya hemos vivido muchas veces estas situaciones.
—A dos años y medio, ¿creía que un gobierno de empresarios lo iba a hacer mejor?
—Me gustaría ver toda la gestión, todavía no la completaron. Ahora, la Argentina es muy complicada. Y no me gusta cuando dicen que es un gobierno de empresarios. Es un gobierno de CEOs, no de empresarios. Hay una diferencia: el dueño es distinto que un CEO.