ECONOMIA
Entrevista

Patrizio Bianchi: “Los ganadores son los que invierten en manufactura”

Esta es una nueva entrevista sobre la transición que plantean la pospandemia y la guerra en Europa. El autor dialogó con Patrizio Bianchi, que acaba de ser ministro de Educación en el gobierno de Italia liderado por Mario Draghi. Bianchi, que este año recibió el Dr. Honoris Causa por la UBA y es titular de la Cátedra Unesco Educación, Crecimiento y Equidad, brindará una conferencia magistral el 15 de noviembre en la Facultad de Ciencias Económicas UBA, en el marco de la Conferencia Bienal del 25 aniversario de la Fundación Observatorio Pyme, realizada en Buenos Aires.

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Miradas. La agudeza de Bianchi al observar la Argentina. | cedoc

—¿Cuáles son las principales consecuencias de la pandemia y la guerra en Ucrania, a nivel económico y geopolítico?

—El primer impacto fue que vimos que la globalización es muy frágil. No es verdad que el mercado sea suficiente para arreglar las relaciones entre los países. Estamos frente a tres crisis: la pandemia, la guerra y el cambio climático. Por otra parte, la guerra está generando un problema de energía y esto puede llevar a una situación de crisis económica, que va a empezar en Europa pero va a llegar a todo el mundo. Y tenemos también una cuarta crisis, que es demográfica. Europa es un mundo de viejitos. A final de siglo, la mitad de la población del mundo estará en el África subsahariana. Si vemos esto en un contexto de cambio climático y crisis económica, en pocos años podemos tener una migración que cambiará totalmente el perfil de Europa, EE.UU. y América del Sur. Y eso va a profundizar las tensiones políticas.

—En los últimos años se profundizó el enfrentamiento entre China y EE.UU. ¿Habrá una nueva Guerra Fría?

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—Al final del siglo pasado había dos bloques en equilibrio, EE.UU. y la Unión Soviética. Ahora tenemos una situación muy diferente. Rusia es un país de pequeña dimensión y está claro que el competidor actual de EE.UU. es China. Pero existe una relación económica entre ambos que no había entre EE.UU. y la Unión Soviética en tiempos de la Guerra Fría. Hace treinta años, China no era un país desarrollado, pero tuvo una tasa de crecimiento que no puede compararse con nada en el pasado. Parte del éxito fue porque atrajo inversiones americanas. Cantón, en el sur de China, es una parte de la economía de EE.UU. ¿Cuál es la principal diferencia entre China y Rusia? Que China decidió ser una economía manufacturera y Rusia, una economía de renta. Puede haber tensiones políticas, como en el caso de Taiwán, pero China y EE.UU. no pueden permitirse una Guerra Fría.  

—¿Y qué rol cumple Europa en este contexto?

—Creo que Europa es la única que puede tener un equilibrio entre China y EE.UU. Pero la veo muy frágil, muy frágil. Alemania decidió tener su propia política de defensa e invirtió muchísimo en armamento. Esa es una decisión de Alemania, no de Europa. La situación en Italia es diferente que en el pasado, cuando gobernaba Mario Draghi, la persona más reconocida a nivel europeo y mundial. Y me parece que Francia ahora tiene problemas porque tiene una discusión fuerte sobre su relación con África, con las que fueron sus colonias. Está claro que Europa debe reinventarse, redefinir su posición después de la pandemia, la guerra y la crisis.

—¿El programa Next Generation puede ser el germen de una Europa distinta?

—Creo que sí. Es un programa basado en la idea de una Europa más activa, que puede ser el centro de un proceso de reforma estructural. Porque el corazón de este programa no fueron las ayudas, sino las reformas. Se entregó dinero para invertir en infraestructura básica del país. Next Generation se centra en la revolución digital y la revolución verde. La digitalización no es una tecnología, sino una forma nueva de pensar la sociedad, porque afecta las relaciones entre las personas. Y la revolución verde es una respuesta a la responsabilidad que tenemos sobre el cambio climático. Que, por otra parte, se puede enfrentar solo si tenemos capacidad innovadora en todas nuestras actividades de producción. Es una oportunidad para que Europa se mantenga como el punto más innovador del mundo, en términos tecnológicos y sociales.

—¿Cómo ve a Italia desde el punto de vista productivo?

—Italia tiene un lugar muy claro, que es la producción de calidad. Hace muchos años comenzamos con esto en el sector de la moda y hoy es la clave para todas las producciones. Fue un gran cambio estructural desde la economía de cantidad a la economía de calidad. Y Europa está al frente en términos de esta economía de calidad. Pero también hay problemas. Un ejemplo es el sector del automóvil, porque no es posible competir con los precios de China, que tiene una gran escala. En Italia, sin embargo, la primera producción de automóviles es de Ferrari, Maserati y Lamborghini. Porque está claro que para tener un nivel muy alto de calidad, necesitas que las personas adecuadas estén a cargo. En el pasado se discutía si Italia había quedado retrasada con respecto a Alemania en términos productivos. Mi posición es que no. Que exploramos esta economía de la calidad, con medianas empresas que tienen una relación fuerte con el territorio, pero al mismo tiempo son internacionales. Porque están respondiendo a necesidades de todo el mundo.

—Fue ministro de Educación de Italia. ¿Cuáles son los principales desafíos en épocas de la economía del conocimiento?

—La Asamblea General de las Naciones Unidas de este año planteó esta declaración: “Transformar la educación para transformar el mundo. El primer desafío es entender la educación como el principal instrumento del cambio. Porque el mundo atraviesa un gran cambio, que es la economía del conocimiento. Es una nueva economía donde el vínculo principal son los recursos humanos. Antes teníamos la idea de que había un tiempo para la escuela y otro para trabajar. Ahora vemos que la escuela es una parte dominante de toda la vida. Es lo que los americanos llaman long life learning. Para lograr esto, los países tienen que invertir mucho más en educación.

—Conoce Argentina desde hace años. ¿Cómo ve su futuro?

—Argentina tiene que pensar su economía en un contexto internacional que se está rediseñando con gran rapidez. Creo que una parte importante de la economía tiene que ser de producción manufacturera. Hay que ver la historia de China. Está muy claro que los ganadores son los países que invierten en manufactura. Y en manufactura de calidad. Si Argentina hace una estrategia de calidad muy específica, tiene posibilidades. Es un país con una calidad muy alta de tradición cultural. Cuenta con los recursos humanos y universidades muy buenas. Tiene la capacidad, y esto es un punto importante. En el pasado, la posición geográfica la perjudicaba, porque estaba muy lejos de los mercados principales. Ahora, en nuestro tiempo de economía del conocimiento, puede hacer muchas cosas. El país tiene redes de pequeñas empresas que deberán enfrentarse a las nuevas necesidades del mundo. Me parece que es un camino que Argentina puede hacer con éxito.

*Colaboró Francisco Uranga.