La recesión comienza a sentirse en el empleo y podría cobrarse unos 50 mil puestos de trabajo en el año, según las estimaciones de cada sector.
En la construcción ya se perdieron 14 mil empleos y los empresarios señalan que “este es el comienzo”. El combo de ajuste en la obra pública, baja de demanda de hipotecarios y altas tasas de interés para los proyectos privados genera la mala perspectiva que “podría repuntar un poco el año próximo si hay proyectos de participación público-privada”.
Las dificultades en el acceso al financiamiento llegan agravadas para las empresas que aparecen asociadas a la investigación sobre supuestas coimas registradas en los cuadernos de Oscar Centeno, el ex chofer de Roberto Baratta. El último mal momento para la construcción se dio entre octubre de 2015 y agosto de 2016, cuando se perdieron 60 mil puestos de trabajo. Y para los privados, puede llegar a niveles similares.
“Va a depender del ritmo de ejecución de las obras en marcha y de que el Gobierno cumpla con los pagos de las certificaciones de obra de esas obras”, señalaron desde el ámbito sindical, que viene de reunirse con Rogelio Frigerio, el ministro de Interior, y la Cámara de la Construcción.
La expectativa de creación de empleo, en el peor nivel desde febrero de 2014
Tras la baja del 8,1% de la producción manufacturera en junio, en la industria se estima que vendrán meses de retracciones de entre 3 y 4% internaual y que la caída del empleo seguirá “como hasta ahora”, con una baja de mil a dos mil trabajadores por mes. Hoy está en un nivel por debajo del de 2016. De todas formas, confían en que la producción de autos suba, pese a las suspensiones en algunas automotrices. El tercer trimestre será “muy malo”. En junio solo las metálicas básicas mostraron una suba.
La política aerocomercial del ministro Guillermo Dietrich trajo buenas noticias para las aerolíneas, que vendieron 180 mil pasajes con anticipación –y sin precio mínimo– esta semana. Pero deja daños colaterales: la actividad en los micros de larga distancia sigue en picada y ya se cobró 2 mil puestos de trabajo. No hubo repunte estacional por las vacaciones de invierno y ahora los fabricantes nacionales de carrocerías advierten que peligran 3 mil puestos de trabajo. “Agosto es el último mes para esperar alguna mejora. Si nada mejora, en septiembre vamos a tener que tomar una decisión”, explicó Miguel Maestú, presidente de Calada, la Cámara de Carroceros de Larga Distancia. La tesis del Gobierno marca que los aviones deberán cubrir las distancias más largas y los micros servir las conexiones internas, más cortas. Además de la competencia de las low-cost, marcan que se abrió la importación de micros desde Brasil. La semana pasada se anunció una línea de créditos para colectivos y camiones pero los de larga distancia quedaron afuera y buscan ser incluidos para generar algo de demanda.
Costos. Además de las tasas altas, que a agosto están en el nivel del 48%, para el sector privado se suma un aumento de los costos de transporte por ruta, que cruza a todas las actividades ya que el 85% de la carga se mueve por esa vía. “Que los camiones salgan a la ruta costó un 7,17% más en julio”, señaló la Federación de Empresas del Autotransporte de Cargas (Fadeeac). En los últimos doce meses implica un 36%, por arriba de la inflación.
“El sostenido aumento de los costos para transportar mercadería tiene el agravante del aumento de la carga impositiva del orden del 40%”, remarcan los dueños de los camiones, que consideran que el sector está en situación de emergencia y anticipan cierres al enumerar también la suba de pólizas, peajes, aportes previsionales, entre otros puntos.