“Hoy nos financiamos con la AFIP”, dicen los empresarios de distintos sectores en el marco de la recesión y la suba de la tasa de interés. Con las firmas que se suman a los planes de pago para saldar impuestos, el organismo de recaudación tiene más de $ 252 mil millones en planes de financiamiento, lo que lo ubica detrás del Banco Nación en volumen de financiamiento (tiene una cartera de $ 300 mil millones en préstamos).
La nueva tasa de política monetaria llegó al 74%, definida por las operaciones diarias de Letras de Liquidez (Leliq) bajo la gestión de Guido Sandleris en el BCRA, y hace crujir la cadena de pagos. El costo de los créditos fue uno de los comentarios reiterados por los empresarios incluso en los pasillos del B20, ese espacio donde la coyuntura queda de lado en los discursos. Financiarse con la AFIP, en tanto, tiene un interés del 3% mensual. “Hay una decisión política de no subir la tasa”, aseguran sobre la determinación del Ministerio de Hacienda para dar un poco de respiro a las empresas en un contexto de caída de la actividad, del consumo, suba de precios y alto costo del financiamiento. “Se analizó una suba pero se decidió que no era momento”, explicaron en el organismo recaudador.
Salto. En el último bimestre aumentó 10% por mes el volumen de moratorias que entrega la AFIP. En agosto se sumaron $ 16 mil millones y al mes siguiente, $ 18 mil millones más. “La relación del fisco con los contribuyentes en materia financiera es bastante contradictoria. Muchas veces el fisco se financia con los saldos a favor de los contribuyentes en base a ingresos que no son muy claros, como retenciones y percepciones, e incluso con otros impuestos más discutidos, como ingresos brutos”, explica Jorge Jalfin, presidente de la Comisión de Estudios Tributarios del Consejo de Profesionales de Ciencias Económicas. Cuando hay saldo a favor hay que demostrar que está todo al día para que la AFIP deje de retener. Lo mismo con el caso de los fiscos provinciales. “Pensar en una devolución es kafkiano”, dice. “Son trámites engorrosos que generan mucho costo”. Los últimos datos de la recaudación muestran que las devoluciones de IVA, por ejemplo, cayeron un 23% en septiembre contra agosto, por $ 1.950 millones.
Plan de pagos. La mora automática de la AFIP es el 3% mensual. “Esa tasa hoy está desactualizada en base a las condiciones de mercado. Se puede ver como una forma de compensar las tasas del sistemas financiero”, detalla Jalfin. Desde hace un año las pymes pueden optar por el IVA diferido, que estira los plazos de pago en sesenta días, además de las facilidades de pago, permanentes o excepcionales.
El plan excepcional está vigente hasta el 31 de octubre por las presentaciones que debían hacerse hasta el 30 de junio y permite reformular planes de pago anteriores.
Según informó el organismo que dirige Leandro Cuccioli al anunciar la recaudación de septiembre, ya se subscribieron 50.555 planes por $ 20.116 millones en esta modalidad.
Para el stock de deuda atrasada, se refinancian planes hasta en 48 cuotas, con una tasa que toma como referencia los plazos fijos electrónicos del Banco Nación, más dos puntos para las pymes. Hoy esa tasa del BNA está en 43%, por lo que el financiamiento queda muy por debajo de un préstamo comercial.
Scoring. La AFIP, además, califica a las empresas según su cumplimento de pago y entrega ventajas para las que están al día. Pero en el contexto de recesión, las cámaras empresariales le pidieron al organismo que no tenga en cuenta el perfil de riesgo. En la última reunión del Consejo Pyme de la Unión Industrial Argentina “se reiteró la necesidad de que la AFIP suspenda por 120 días la aplicación del scoring (Siper) y, además, se incremente el volumen del financiamiento al sector”, explicaron los industriales. Sin embargo, fuentes de AFIP lo descartaron.
El Banco Mundial, pesimista con la región
El Banco Mundial (BM) alertó ayer sobre la “frágil recuperación” de las economías de América Latina y el Caribe luego de años difíciles, y pidió desarrollar “capacidad de resiliencia” para hacer frente a los retos, en particular en Sudamérica. “Hemos encontrado baches en el camino a la recuperación”, dijo Carlos Végh, economista jefe del organismo para la región, al revelar el último informe semestral. “Esto hace que sea aún más necesario mejorar la comprensión y la gestión de los riesgos y otros impactos, desde turbulencias financieras hasta desastres naturales”. Con la crisis macroeconómica que impactó a Argentina desde abril, y la desaceleración del crecimiento en Brasil, el BM espera ahora que la expansión sea solo de 0,6% en 2018, contra un 1,7% esperado hace un semestre. Para 2019, bajó de 1,6% a un 2,3%.