La expectativa de cerrar aumentos salariales alrededor del 20% que salió del Gobierno y que fue rápidamente apoyada por los empresarios encontró sus primeros obstáculos en un año que promete ser más conflictivo que 2013, cuando, según la CTA, los reclamos, paros y protestas llegaron a su máximo desde 2011.
Los aumentos adicionales logrados por gremios como Camioneros y UTA antes de las fiestas y las vacaciones subieron la vara que en las últimas semanas puso sobre la mesa también el reclamo de las fuerzas de seguridad de distintas provincias, que se acuartelaron para conseguir aumentos de hasta el 50 por ciento.
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Al reclamo de los aceiteros de un aumento del 30% se suman los docentes bonaerenses, que prometen dar una de las tradicionales peleas de principio de año. El salario inicial de los maestros bonaerenses es de $ 3.660, y los gremios apuntan a equipararlo con el de provincias como Córdoba, donde ronda los 4.400 pesos, o Santa Fe, donde arranca en 5 mil pesos. Pero, más allá de los aumentos mientras Trabajo apunta a bajar el empleo en negro, del 30%, otros conflictos se mantienen latentes. Entre las postales de ayer, el gremio de los telefónicos, Foetra, se movilizó a la sede de la empresa de telefonía celular Claro, para reclamar la firma del convenio de actividad, al que ya accedieron sus competidoras.
La información preliminar del Observatorio del Derecho Social de la CTA sobre el cuarto trimestre de 2013 confirma la profundización de una tendencia de aumento de la conflictividad, empujada principalmente por los conflictos en el sector público provincial y municipal. A modo de ejemplo, ayer en Tucumán los trabajadores estatales realizaron cortes de ruta en reclamo de un bono de $ 2 mil, por única vez, y la inmediata apertura de las paritarias.
“La cantidad de conflictos en las provincias y los municipios registrados durante los meses de octubre y noviembre virtualmente se multiplica por dos en la comparación con los mismos meses del año pasado (un aumento mayor al 100%)”, según detalla el análisis.
