La operación quedó prácticamente concluida ayer entre Milán, Roma, Nueva York, Londres y Buenos Aires. La venta del paquete de control de Telecom Argentina, el 22,7% de la compañía en manos de Telecom Italia, al fondo de inversiones Fintech, del mexicano David Martínez, por unos US$ 960 millones podría, casi sin quererlo los actores, traer paz a las intrincadas y saturadas comunicaciones telefónicas.
Así lo entiende David Martínez, según pudo saber PERFIL de lo que confió el financista, rodeado de su círculo de asesores. El empresario comenzó a hacer negocios en su especialidad en el país –reestructuración de deuda– con el gobierno de Raúl Alfonsín y el entonces ministro de Economía, Bernardo Grinspun. Luego, se involucró en la deuda de Telecom (la mayor reestructuración privada después de la crisis de 2001), y participa en Metrogas, Emgasud y Cablevisión, del Grupo Clarín (ver aparte).
El razonamiento de Martínez sería el siguiente: la economía de la Argentina tiene una potencialidad de crecimiento muy alta. Y si bien el negocio y las telecomunicaciones ha crecido mucho, aún tiene una notable capacidad de rentabilidad. A juicio del financista, el sector está “subinvertido”. ¿Por qué? Por una conjunción de factores. El primero sería que las operadoras internacionales (y en la Argentina las tres lo son, Telecom Italia en Telecom Argentina, Telefónica de España en Telefónica de Argentina y la mexicana-estadounidense América Móvil en Claro) son muy eficientes en materia de transferencia de tecnología pero tienen una “percepción exagerada del riesgo”.
Sin embargo, otro factor principal que ha retrasado las inversiones es la participación cruzada, a nivel del directorio de Telecom Italia, de Telefónica de España, lo cual impuso restricciones al desarrollo del negocio de los dos jugadores principales en la Argentina –Telecom y Telefónica– a la hora de disponer de mayor espectro radioeléctrico, agotado casi por la explosión de los smartphones, el uso intensivo de redes sociales y el acceso a internet por la red.
Una banda que el Gobierno iba a licitar entre las operadoras y que estaba destinada a descomprimir tal situación fue suspendida y el Estado, a través de la empresa Arsat, se quedó con ella para desarrollar una compañía estatal aún nonata (LibreAr) y entregarles espacio en cuotas a los operadores, para no terminar concediendo a un solo accionista, Telefónica, por la vía que fuera.
A partir de la remoción de este obstáculo, Martínez ha transmitido las siguientes ideas a sus interlocutores:
◆El management de Telecom Argentina será local. Reforzará la dirección general, de la cual se hizo cargo recientemente Stefano De Angelis, quien sería uno de los pocos que no continuaría en el cargo. Valora la experiencia acumulada en la operación desde 1991.
◆A los efectos de la inserción internacional y tecnológica de Telecom, Fintech llegó a un acuerdo con Telecom Italia para la continuidad de ese vínculo. Ese acuerdo se ha valorizado en la compra.
◆Martínez tiene una visión de trabajo con las autoridades, que denomina ante sus interlocutores de “alinear intereses” entre la empresa y también con los gobiernos.
◆A partir de esa visión, cree que podrá aportar soluciones al Gobierno para sus planes con ArSat y LibreAr. Menciona que se “debe saber navegar en las limitaciones”.
◆Esa actitud colaborativa podría contribuir a destrabar el acceso a mayor espectro, desplegar más aún la tecnología 3G y encarar la de LTE (4G), para escalar las dimensiones del negocio.
◆Esa misma relación destrabaría otro foco de crisis del sistema de telefonía: las dificultades para instalar más antenas. “Vamos a trabajar cerca de los gobiernos locales”, asegura.
◆El tercer foco será en inversiones en el desarrollo de la red física, esencial tanto para la conectividad de celulares como para internet.
◆En la medida en que se avance en estos “carriles”, esencialmente con “destrabar el espectro, ya que acá es donde se usa en menor medida en todo el mundo”, se encararán más inversiones, que se sumarán a las de US$ 500 millones/año del último trienio.
◆A su juicio, debe haber una política de dividendos racional, que favorezca las inversiones.
Activos para financiar una crisis
La historia reciente se remonta a la ampliación de la participación de Telefónica de España en Telecom Italia, en la sociedad Telco, concretada hace algunas semanas. La empresa italiana arrastra una deuda de 29 mil millones de euros. Los españoles, cansados de aportar a una operación que no les generaba los ingresos previstos, no querían poner más dinero. Primero, lograron desplazar al CEO de Telecom Italia, Franco Bernabé. Al frente quedó un ex director de Telecom Argentina, Marco Patuano. De lo que se trataba es de evitar el riesgo de que las acciones de Telecom Italia pasaran a ser bonos basura. Para ello, necesitaban una urgente capitalización.
Crisis europea mediante, los principales recursos de Telecom Italia los aportan su operación de celulares en Brasil y, en menor medida, de la Argentina, a través de Personal. Acá, Telecom Italia es la segunda operadora de telefonía fija y de celulares por cantidad de clientes, y pelea el cetro de la facturación. Es la principal proveedora de acceso a internet. Pero las dificultades del servicio y las trabas a las remesas de utilidades acorralaban en el país, a futuro, el financiamiento necesario en Italia. Con la presión española por liquidar activos para obtener fondos frescos, Telecom Italia miró a uno de sus socios en la Argentina, Fintech, y se decidió. El plan de negocios presentado el jueves en Milán concluyó la decisión del “disposal” de la operación argentina. Fintech participó en la reestructuración de la deuda de Telecom –la mayor entre los privados– y tenía una participación en Nortel, controlante de Telecom, pero como accionista pasivo.
Las acciones en el techo
Fintech lanzará una oferta pública (OPA) para rescatar parte de los papeles de Telecom Argentina en los mercados de Nueva York y Buenos Aires. Ofrecerá entre US$ 18 y US$ 20 por cada papel, en cumplimiento de regulaciones. Sus ADR (American Depositary Receipt) subieron ayer 0,6%, hasta los US$ 20,04, después de haber ganado más de 76% en lo que va del año.
En Buenos Aires la acción de la empresa, cuya cotización promedio de octubre rondó los $ 34, llegó a un pico de $ 39 el jueves pero se frenó ayer para terminar en $ 36,55 en la punta vendedora.
El precio presenta un crecimiento de 135,8% sobre el panel líder en lo transcurrido de 2013 y parece tocar su techo. “No recomendamos comprar acciones de Telecom por el momento, los papeles de la empresa están bien valuados y el techo podría rondar los $ 40”, dijo un operador.