El contexto de escasez de divisas que marca el segundo mandato de Cristina Kirchner obliga a los que aspiran a sucederla a asegurarse el mayor flujo posible de dólares. Para ello preparan planes que estimulen la exportación de materias primas más allá de la soja. Otro tipo de “campo fértil” es la minería, una actividad hoy en stand-by tanto por la merma de los precios internacionales del oro, el cobre y otros metales, como por restricciones que espantan a multinacionales.
De ello se habló el jueves en el último almuerzo del Día de la Minería bajo este mandato, en Parque Norte. Allí, unos 400 ejecutivos hablaban de que el 75% del suelo argentino está sin explorar, de que el grueso de la producción minera hoy son sólo dos minas (Veladero, operada por Barrick en San Juan, y Minera Alumbrera, en Catamarca, gestionada por Glencore).
Daniel Scioli muestra como planificadores en el tema a Daniel Meilán y a Hugo Nielson. Mauricio Macri hace gala de un “equipo” liderado por el abogado Santiago Dondo, que viajó a Australia a estudiar posibles medidas. Ricardo Delgado, por su parte, reparte conceptos sobre una eventual gestión de Sergio Massa, el presidenciable al que más le desconfían las mineras por algunas alianzas con fuerzas que en el interior se oponen a una actividad que aún tiene poca “licencia social”.