Las reservas internacionales alojadas en el Banco Central de la República Argentina (BCRA) experimentaron un descenso de US$ 1.601 millones este lunes como consecuencia del pago del bono reestructurado Bonar 2030 (AL30) y cerraron en US$ 28.345 millones.
El Gobierno enfrenta vencimientos de deuda soberana por US$ 2.550 millones en concepto de capital e intereses a lo largo de la semana y si bien el ritmo de la acumulación de divisas se frenó en el último mes, el Tesoro ya le había comprado los dólares al BCRA para honrar los compromisos.
El Banco Central volvió a comprar dólares
Desde el Centro de Economía Política (CEPA) remarcaron que hoy la autoridad monetaria "compró US$ 41 y se mantiene así un nivel bajo de acumulación de reservas" ya que "en la primera semana de julio se compraron sólo US$ 15 millones" y "en junio, el saldo fue vendedor por US$ 85 millones".
Más allá de que el número se aleje de las cifras adquiridas en los seis meses previos, la entidad que conduce Santiago Bausili logró cortar una racha negativa de ventas en el Mercado Libre de Cambios (MLC) que era seguida con preocupación por los analistas privados.
Vale destacar que desde el arribo de Javier Milei a la Casa Rosada, el Central se hizo de US$ 17.353 millones millones en el MLC. De esta manera, incrementó el stock de reservas brutas en US$ 7.136 millones, partiendo de los US$ 21.209 millones heredados de la gestión anterior.
No obstante, distintas consultoras advirtieron los riesgos que corre el programa económico del ministro de Economía Luis Caputo al no poder sumar un mayor caudal de moneda extranjera. El correlato parece ser una mayor ampliación de la brecha cambiaria, que supera el 50%, y el nerviosismo del mercado ante la falta de certezas un sendero nítido hacia el levantamiento del cepo.
Reservas en tensión: la advertencia de los economistas
"Con compras bajas para esta época del año, se reafirma de fondo la idea de que el BCRA tendrá un segundo semestre muy distinto al primero, básicamente porque la demanda importadora tiende a la normalización. La demanda privada saltó de US$ 175 millones a fines de mayo a US$ 262 millones. Esto es reflejo, en mayor medida, de la cuarta cuota de importaciones corriendo a pleno y, en menor medida, de las importaciones de energía", describe un informe de Portfolio Personal Inversiones (PPI).
En esa misma línea, un reporte de LCG manifestó que la temporada alta de liquidaciones de la cosecha gruesa "no se tradujo, al menos por el momento, en un aumento significativo de las reservas del BCRA" y "el ritmo de liquidaciones, que había empezado a menguar en mayo, se volvió negativo en junio y corridos tres días de julio no se observa un cambio rotundo".
"Un grifo más abierto para los pagos de importaciones a partir del cronograma estipulado, menores temperaturas que alientan la demanda de energía, un tipo de cambio exportador que sostiene una dinámica de atraso, tasas bajas que estimulan la toma de créditos para aguantar la liquidación, y menores precios internacionales son todos factores que explican la menor entrada de reservas a las arcas del BCRA", interpretaron como los motivos fundamentales de la desaceleración en el acopio de dólares.
Por otra parte, desde Cohen Aliados Financieros sostuvieron que con el anuncio de la fase dos del plan económico, consistente en la "emisión cero", "el Gobierno intenta convencer al mercado de que el programa no requiere modificaciones, confiado en que los buenos resultados alcanzados en la primera mitad del año se mantendrán en el segundo tramo".
"Sanear el balance del banco central es un paso necesario, pero no suficiente, ya que en términos monetarios, no cambia que el acreedor sea el BCRA o el Tesoro. La evidente tensión del mercado cambiario presiona sobre las reservas internacionales, lo cual es una mala noticia, más aún cuando el Gobierno deberá enfrentar un segundo semestre con una importante carga de vencimientos de deuda en moneda extranjera", sostuvieron los expertos en finanzas.
Además de ratificar la pauta de devaluación de 2% y la continuidad del dólar blend, Bausili y Caputo reconocieron que en los próximos meses podrían resignar entre US$ 2.000 y US$ 3.000 millones de reservas internacionales por un fenómeno propio de la estacionalidad del invierno.
MFN