Si bien el Gobierno busca desesperadamente poner paños fríos, nada parece detener la andanada de críticas contra la idea de Guillermo Moreno de cerrar la frontera para ciertos alimentos y bebidas. Ayer, las quejas se transformaron en advertencias formales: Brasil apuntó contra el vino argentino como primera víctima en caso de que se efectivice la medida; y los empresarios uruguayos ya le piden a su gobierno que aplique la Ley del Talión.
“Imagino que acá no se va a importar más vino porque tenemos fabricación nacional. ¿Cómo la pueden pasar los mendocinos? También se habla de jugos”, advirtió ayer el secretario de Relaciones Internacionales de la Federación de la Industria de San Pablo (Fiesp), Fernando Bessa.
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