“Me parece que el Gobierno quería seguir como venía hasta 2015 con la fantasía de los subsidios para que el costo de desarmarlo lo pague otro”, aseguró Emilio Apud, uno de los ocho ex secretarios de Energía que desde 2009 se unieron para redactar documentos críticos a las decisiones oficiales sobre el sector y que mañana presentan su compilación en formato de libro: Propuestas de políticas de Estado para el sector energético argentino. El evento será presentado por Adalberto Rodríguez Giavarini, presidente del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (Cari), en la sede de ese instituto.
Para Apud el comienzo de la reducción de los subsidios es bueno porque “implica un sinceramiento de las malas políticas y es bueno que este gobierno pague el costo político de las tarifas. Que cargue con el malhumor y no se lo pase al próximo”.
Pero Apud no cree que la medida tenga efectos inmediatos en la mejora de los servicios. “En 2002, la tarifa cubría el 100% de los costos y las inversiones necesarias para mejorar las redes. El año pasado, con la tarifa sólo se cubría el 15% de los costos y quedaron diez años de atraso en infraestructura. Con esta reducción de subsidios no se establecen mecanismos que promuevan la inversión y seguiremos con las deficiencias”.
Apud fue secretario de Energía y Minería en 2001 e integra el grupo al que siempre le contesta el ministro de Planificación, Julio De Vido, con Jorge Lapeña, Alieto Guadagni, Daniel Montamat, Raúl Olocco, Roberto Echarte, Alberto Devoto y Julio César Aráoz.
Salto en Aerolíneas. De acuerdo con datos del Ministerio de Economía, en el primer bimestre de 2014 los subsidios a Aerolíneas Argentinas crecieron 59% respecto de enero y febrero del año pasado. Fueron $ 940 millones versus los $ 592 millones de 2013. En dos meses consumió el 34% de su presupuesto anual. Así, la empresa sigue necesitando US$ 2 millones diarios para poder operar