El contrato de YPF con Chevron es un paso importante para romper el cerco que intentó ponerle a la Argentina la española Repsol. Desde esa perspectiva, es un acto de soberanía fundamental para continuar un largo camino, el que debe ser complementado con otras acciones para darle sentido y contexto a esta decisión. En primer lugar, obtener acuerdos de YPF, o de otras empresas, para la explotación de reservas no convencionales de gas, ya que el área, motivo de este acuerdo, es principalmente de shale oil, y si bien el petróleo es necesario, lo importante para el país hoy es el gas, cuya producción intensiva permitirá evitar las costosas importaciones de ese fluido. En segundo lugar, si bien no conocemos el contenido del contrato, es muy importante la transferencia de tecnología a YPF y al sistema tecnológico local de la experiencia de fracking en EE.UU. Chevron tiene una limitada actividad en ese punto, pero existen numerosas empresas medianas de ese país con las que se puede acordar para acumular ese conocimiento. Un desarrollo con futuro de este tipo de yacimientos, requiere también de industria local de suministros petroleros, salvo que sigamos primarizando nuestra economía, como ocurre con la minería. El ejemplo brasilero es paradigmático en este aspecto. En tercer lugar, debemos encontrar formas de financiamiento local complementarias que nos independicen del sometimiento cultural a la inversión extranjera
*Instituto Energético Scalabrini Ortiz.