Pese a las mini-vacaciones que atraviesa la economía argentina por el acuerdo de París y cierta calma cambiaria, el estancamiento del consumo continúa haciendo mella en el sector fabril. A tal punto que dirigentes gremiales del sur de Santa Fe advirtieron que los "focos de conflicto" por la paralización de actividades y suspensiones en las empresas podrían multiplicarse en los próximos meses ante los problemas financieros del sector.
La paralización de actividades y la suspensión de los trabajadores de dos empresas metalúrgicas de la región precipitó a la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) a declararse en "estado de movilización y alerta" ante el temor de futuras suspensiones o la pérdida de fuentes de trabajo.
La metalúrgica Fundición Martínez, ubicada en la ciudad de Granadero Baigorria, suspendió la semana pasada a 138 trabajadores en el marco de un "proceso preventivo de crisis" al que ingresó producto de las bajas ventas que arrastran en el último tiempo.
"El lunes los compañeros vuelven a trabajar y el 10 de junio hay una audiencia de monitoreo. Confiamos en que este mes la firma trabaje con normalidad y que no haya más suspensiones", confió a DyN Daniel Gutiérrez, vocero de la UOM.
Uno de los principales clientes de esta empresa es la fábrica de camiones Iveco, que también paralizó su planta debido a la caída en la venta de vehículos.
La metalúrgica, con buenos volúmenes de producción en 2010 y 2011, debe afrontar un plan de pagos por un concurso de acreedores al que ingresó el año pasado por pasivo superior a los 20 millones de pesos.
En octubre de 2011, la propia ministra de Industria, Débora Giorgi, puso como ejemplo a la Fundición Martínez en una visita que realizó a Granadero Baigorria por su modelo productivo y su "éxito" en el sector.
La otra empresa en conflicto es Aros Kim (ex Male), ubicada al oeste de Rosario, que se encuentra paralizada desde el 12 de mayo tras suspender a todos sus operarios. El lunes habrá una nueva audiencia en el Ministerio de Trabajo provincial para intentar destrabar el conflicto, que comenzó cuando la firma no pagó los salarios correspondientes a la segunda quincena de abril y suspendió luego a 50 operarios.
La compañía ofreció a los trabajadores retiros voluntarios para poder normalizar el funcionamiento de la planta, una propuesta que la UOM rechazó de plano en su afán de conservar los puestos de trabajo. "El problema es más financiero que productivo en este caso. Ahora, tras las suspensiones, pretenden entrar con menos personal para poder reabrir la empresa. Nos parece una medida que no se justifica”, señaló Gutiérrez.