Las últimas decisiones sobre la tasa de interés, el arma que el Banco Central usa en esta gestión contra la inflación, quedaron en observación. Cuando hace dos martes, decidió bajarlas al 24,75% a pesar de que noviembre mostraba datos que hacen dudar de la desaceleración de los precios, hubo quienes dijeron no estar de acuerdo con la medida. El martes pasado, en tanto, la autoridad monetaria decidió dejarla como estaba, apenas un par de días después de que se conociera que consultoras habían elevado sus expectativas de inflación para 2017, que ya se encontraban por arriba de la meta de la autoridad monetaria.
Junto a Sturzenegger, el vicepresidente Lucas Llach, el vicepresidente 2º Demian Reidel, el gerente general Mariano Flores Vidal, y el subgerente general de Operaciones Agustín Collazo, integran el comité de política monetaria que se reúne cada martes en una sala del 3º piso de la sede de Reconquista 266 y discute qué hacer con el costo del dinero.
Allí la dinámica consiste más en una puesta en común donde la definición recae sobre el presidente, sin que haya un votación formal. Llach, más enfocado en la integración de nuevas tecnologías al mundo financiero, se mostró siempre aliado a las decisiones de Sturzenegger, Reidel, convocado por el presidente y ex alumno del mismo, es una de las voces en las que Sturzenegger más confía. El ex JP Morgan y Goldman Sachs, es su brazo técnico más sólido y no se conocen contradicciones entre ellos. Flores Vidal que viene también del Banco Ciudad y Collazo de la UTDT, vuelcan información fresca de la subgerencia de investigaciones económicas y operaciones, con datos que por momentos no estuvieron en línea con los deseos de Sturzenegger. Los cinco funcionarios reciben a lo largo de la tarde del martes la información de las diferentes áreas del banco en un salón amplio cercano al tradicional salón Bosch, utilizado para las conferencias de prensa. Allí entran y salen los directivos de las demás áreas para volcar sus datos, también lo hacen los integrantes de la comisión de política monetaria, formada por Francisco Gismondi director y vicesuperintendente y Pablo Curat miembro del directorio.
Según pudo saber PERFIL, las últimas dos semanas, tanto con la baja de medio punto del 29 de noviembre como la decisión de que quede sin cambios el 6 de diciembre, Sturzenegger logró el aval de todos los miembros del grupo pese a los pedidos de los empresarios.
Pablo Curat, propuesto por el ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay, da un punto de vista algo solitario en las reuniones de directorio de los jueves. Es en todo caso Vladimir Werning, el ex JP Morgan, hoy jefe de asesores del viceministro de Hacienda, Pedro Lacoste, quien con poca frecuencia hace una aparición por la entidad.
Ya se devaluó 66% en el año
El dólar terminó la breve semana en su máximo nivel en el año a $ 16,19, lo que marca que la devaluación fue de 66% desde los $ 9,73 previos a la salida del cepo en diciembre de 2015. La cotización que repuntó en las últimas dos semanas, estuvo librada a la oferta y demanda local, sin que el Banco Central interviniera vendiendo divisas. Un tipo de cambio más alto en términos nominales y reales era uno de los pedidos del sector industrial, además de una menor tasa de interés, luego de que subiera muy por debajo de los precios a lo largo de todo el año. De hecho, varios economistas advirtieron que se había vuelto a la situación de atraso cambiario previo al fin del cepo.
En la City los analistas esperan que a partir del lunes, el volumen operado en el mercado se mantenga estable, en torno a los US$ 342 millones, por la demanda estacional de diciembre y la previsión de que parte del pago del medio aguinaldo será destinado al ahorro en dólares “por una cuestión cultural y porque la tasa bajó con fuerza en noviembre”.También esperan que en cierta forma, el peso argentino acompañe el movimiento de las monedas de la región, en caída tras el triunfo de Donald Trump.