ECONOMIA
el futuro de los commodities

Soja y metales estancados agregan mayor presión sobre las reservas

El alza de la cosecha no compensará la baja de precios si se retienen stocks a la espera de una mayor devaluación. La caída del oro frena inversiones. El dilema del valor del crudo.

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Con menos de US$ 30 mil millones en las arcas del Banco Central en el arranque del año, Juan Carlos Fábrega deberá enfrentar un escenario menos favorable que su antecesora Mercedes Marcó del Pont debido a un menor precio internacional de las materias primas, lo que reducirá el ingreso de divisas y afectará las inversiones en minería y petróleo.

Atrás quedó la cotización de la soja que había tocado un pico de US$ 600 por tonelada alentada por una sequía en Estados Unidos. En la actualidad, no sólo descendió a US$ 483 por una mayor oferta sino que los precios del maíz siguen en bajos niveles por la elevada oferta norteamericana al término de la cosecha. A pesar de las previsiones para 2014 de un aumento de la cosecha en torno al 5% hasta los 103 millones de toneladas, los menores precios “implicarían un aporte de divisas algo inferior al de 2013 por parte del agro (siempre que se mantenga el acopio por parte de los productores)”, señala el último informe de la consultora Empiria.

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La firma agrega que el ingreso de dólares por estos conceptos mejoraría si desaparecieran “los motivos por los que se han estado reteniendo stocks”; fundamentalmente, la expectativa de una mayor devaluación. Sin embargo, estima que el ritmo se mantendrá, combinado con una elevada brecha cambiaria y tasas de interés bajas, alentando la retención de las exportaciones.
Sobre este punto, Marcelo Comisso, analista del Rofex, opina que de acuerdo con las estimaciones basadas en la producción y las ventas del año pasado, aún quedan por liquidar cerca de 8,9 millones de toneladas de soja, equivalentes a unos US$ 4.700 millones que ayudarían a recomponer las tenencias del Banco Central, y detalló que mientras que en el ciclo 11/12 se comercializó 95,7% de la cosecha, en la campaña siguiente ese porcentaje se redujo a sólo 82%.

Marina dal Poggetto, economista del estudio Bein, señaló que la corrección cambiaria que se observe hasta que comience a liquidarse el grueso de la cosecha será uno de los factores clave, y que condicionará el crecimiento de 2% que estima para las exportaciones de este año.

Crudo y metales. El creciente déficit de la balanza energética, que en 2013 orilló los US$ 6 mil millones –el doble que en 2012–, se convirtió en la mayor salida de dólares de la economía. En materia de precios, el Gobierno se encuentra frente a un dilema: desde una óptica cambiaria, preferiría que los precios del petróleo –que determinan el del gasoil que se importa para generar energía y cubrir la demanda en surtidores– descendieran para mejorar su balance. Pero si apunta al desarrollo de Vaca Muerta, el megayacimiento no convencional de Neuquén, precisa que la cotización internacional del crudo continúe alta para incentivar la llegada de inversiones.

La mayoría de los analistas coincide en que el precio del WTI (la referencia en Estados Unidos) y especialmente del Brent (la cotización en Londres) seguirá en valores cercanos a los US$ 100 por barril. Por eso, lo más probable es que el déficit energético se acentúe en 2014.
En cuanto a los metales, este año –por primera vez en los últimos cinco– marcará un descenso de la Inversión Extranjera Directa (IED) de las compañías mineras en el país. La industria metalífera se caracterizó desde 2003 en ser uno de los puntales del ingreso de dólares en la economía local. Pero con la suspensión parcial de Pascua Lama –el megaproyecto binacional en manos de la canadiense Barrick– y la finalización de algunas obras que estaban en construcción, los desembolsos del sector se ralentizarán. La baja del precio del oro –que desde fines de 2012 sufrió su peor retroceso de los últimos veinte años– se dejará sentir sobre las cuentas públicas. La onza de oro cerró el viernes a US$ 1.251 muy lejos de los 1.850 dólares de diciembre de 2012, y arrastró a la baja de otros metales, como el cobre y la plata. Ello provocará que el Tesoro recaude menos por retenciones a la exportación (oscilan entre 5 y 10%) y que las provincias cobren menos regalías.