Relegado en la pelea por el control de Telecom Argentina, que esta semana escribió un nuevo capítulo con la entrada de Fintech, de David Martínez, Alfredo Román, dueño de la empresa homónima, encontró un premio consuelo, aunque para nada menor. El empresario, fundador en 1961 del mayor jugador de logística del país, adquirió un 32% de Roch, una petrolera que cierra el ranking de los diez principales productores de hidrocarburos, según confirmaron a PERFIL fuentes de ambas compañías.
La operación marca el desembarco de Román –que despacha una tercera parte de los containers que entran al país– en la industria hidrocarburífera y encierra un detalle particular. El debut del grupo local coincide con la salida del Banco Mundial de la petrolera. Román compró el 14% de Roch que estaba en manos del IFC, brazo financiero del organismo internacional. Y a su vez, inyectó capital para que Ricardo Chacra, presidente de la petrolera, cancelara un crédito millonario (de alrededor de US$ 20 millones) con el banco internacional.
Román es uno de los empresarios más ricos de la Argentina. De marcado perfil bajo, rara vez prestó su voz en los medios de comunicación. Se estima que la facturación anual del grupo –con fuerte presencia en el mercado portuario, logístico y de transporte– ronda los US$ 300 millones anuales. Con la compra de un porcentaje de Roch, una empresa petrolera independiente con activos en Tierra del Fuego, Santa Cruz, Mendoza y Neuquén, cumple un sueño de años: participar en el upstream –de exploración y producción– de hidrocarburos, un negocio poco elegido por los empresarios nacionales.
Con una producción de 500 metros cúbicos diarios de crudo y 1,75 millones de m3d de gas, según los datos del IAPG, la inclusión de Román como socio le permitirá a Roch afrontar con renovado financiamiento compromisos de inversión de más de US$ 40 millones. “En conjunto, en todas las áreas operadas por Roch se comprometieron desembolsos por alrededor de US$ 100 millones, de los cuales alrededor de 40 millones corresponden a la empresa. El resto deberá ser aportado por los socios”, explicaron allegados a la operadora.
En el sector advirtieron que la salida del Banco Mundial no hace más que confirmar el deterioro del frente externo de la Argentina, afectado por el cepo cambiario, la imposibilidad de girar divisas y las trabas a la importación. En rigor, la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) empezó hace tiempo a desacelerar el apalancamiento de proyectos hidrocarburíferos en nuestro país.