Conocidos por sus “colores unidos” en el negocio de la moda, la familia Benetton opera también autopistas, restaurantes de autoservicio e inversiones inmobiliarias. A estos rubros se suman los campos para producción agrícola y la minería en la Argentina y las áreas donde tienen disputas con las comunidades mapuches que reclaman una parte del territorio.
La empresa que controlan en el país es Compañía de Tierras del Sud Argentino (CTSA), presidida por Carlo Benetton (73), el menor de los cuatro hermanos (Luciano, de 82, Giuliana (80) y Gilberto, 76) que fundaron el emporio textil y que controla 925 mil hectáreas en la Argentina.
Según el balance 2016 de Edizione –la firma que reune todos los negocios de los Benetton–, CTSA tuvo utilidades por 2,6 millones de euros en el último ejercicio, unos U$S 3,1 millones. Fueron $ 44.165.330 millones al tipo de cambio del año pasado.
En la región donde tuvo lugar el último cruce entre las comunidades mapuches y la Gendarmería, operativo en el que testigos aseguran que estuvo Santiago Maldonado, desaparecido hace casi 40 días, está el conjunto de estancias Leleque, Maitén, Montoso y Pilcañeu, que tiene 356 mil hectáreas (17 veces la Ciudad de Buenos Aires), terreno en conflcto con los pueblos originarios.
Según las inmobiliarias de la zona consultadas por PERFIL, el valor de la hectárea puede rondar entre los US$ 300 y 400, según el tamaño del campo. Así, se trata de terrenos de un valor cercano a los U$S 130 millones.
Del total, en 9.300 hectáreas se instalaron 25 familias mapuches. Voceros de la firma reconocen que el total de hectáreas “no está ocupado” y detallan el largo conflicto en la zona. “El principal problema es la Justicia local, que no investiga”, sostienen.
Diversificado. Benetton también tiene dos estancias en Santa Cruz: Coronel, de 334 mil hectáreas, y Cóndor, de 218 mil. En Balcarce, provincia de Buenos Aires, está la estancia Santa Marta, de 16 mil hectáreas.
En las tierras patagónicas, la firma tiene 210 mil ovejas (97 mil en Leleque) y 9 mil cabezas de ganado para la producción de lana y carne. También hay 9 mil hectáreas forestadas. En Buenos Aires producen grano y crían ganado vacuno según el balance de Edizione.
El negocio inmobiliario y de tierras del grupo Benetton explica el 13% del total de patrimonio de US$ 13 mil millones, lo que incluye los campos en Italia (3.100 hectáreas) y sobre todo, “edificios emblemáticos” como la Villa Manelli, a 30 kilómetros de Venecia, donde el Grupo Benetton tiene su casa matriz. Se estima que un 4% del negocio global depende de la Compañía con sede en Argentina.
CTSA también participa en Minsud Argentina. Minsud Resources es una subsidiaria para minería de Benetton con base en Canadá. En el directorio de la minera participa Diego Perazzo, vice y CEO de Compañía de Tierras. La firma tiene proyectos por oro, plata y cobre en San Juan (Valle de Chita), en Santa Cruz (La Rosita y San Antonio) y Chubut (Carlos). “El nuevo Gobierno anunció medidas en favor del sector minero que ahora confirma una intención renovada para desarrollar la industria minera como una política federal”, evalúa Minsud en la presentación de su proyecto en San Juan, donde también define a la provincia como “mining friendly” (amigable para la minería). CTSA tiene el 26,8%. Un 7,3% está en manos de Panedile, la constructora presidida por Hugo Dragonetti e investigada por sobreprecios en la obra pública y vínculos con el ex ministro de Planificación, Julio De Vido.
En el país también integran el Frigorifico Faimali en Santa Cruz, con una participación del 63%, que comercializa carne de cordero y liebre.
Casi socios. En paralelo, la división de obras viales y peajes de los Benetton, Atlantia, hizo una oferta para controlar la española Abertis a nivel mundial. Si se llega a aceptar, podría desembarcar en autopistas locales como el Acceso Oeste y la Panamericana. Sideco, de la familia Macri, estaba asociada a Abertis en esas concesiones pero vendió su participación del 7% a fin de mayo para evitar conflictos de intereses, aunque después de haber obtenido un aumento de 120% en las tarifas de peaje. Tras el aumento, Abertis desactivó el reclamo que tenía contra la Argentina en el Ciadi.