Si bien Cristina Kirchner quiere “dejarle al próximo presidente un país mucho mejor”, como afirmó el miércoles pasado, la Presidenta pierde en su propia comparación, al menos en lo que a la economía se refiere. Cuando asumió, en 2007, el PBI crecía 8,7%; para cuando termine 2014, esta tasa se reducirá a -2,1%. Algunos estiman que será -1,5%, como indica Ecolatina.
La inflación y sus consecuencias en el poder de compra y la creación de pobreza es otro dato clave. En 2007 promedió el 14%, y cerrará este año arriba del 36% para Ecolatina, o 37% de acuerdo a lo que se estima en el Indice Congreso.
El empobrecimiento de las variables clave se observa también en la destrucción de empleo, el aumento del défict fiscal genuino y la caída de reservas internacionales.
Es por ello que los economistas que asesoran a los potenciales candidatos a sucederla coinciden en que recibirán un país con bajo crecimiento y alta inflación, que deberá generar confianza para atraer inversiones y solucionar una crisis de infraestructura y el déficit energético.
Silvina Batakis, ministra de Economía bonanerense y referente de Daniel Scioli; Néstor Grindetti, por Mauricio Macri; Ricardo Delgado, por Sergio Massa, y el ministro de Economía de Santa Fe, Angel Sciara, por Hermes Binner, coinciden en que a la Argentina no le alcanza “vivir con lo nuestro” para convertir crecimiento en desarrollo, sobre todo cuando ven difícil que se repitan los escenarios de “tasas chinas”.
En la columna del haber de la herencia que recibirán suman la baja relación deuda/PBI y la Asignación Universal por Hijo. Batakis y Sciara coinciden en las nacionalizaciones de Aerolínmeas e YPF.
“Desde la Nación se está haciendo un esfuerzo grande para relacionarse con el exterior. Me parece muy bien, porque para convertir el crecimiento en desarrollo no nos alcanza con los capitales argentinos”, dijo Batakis.
“El endeudamiento externo en un contexto de variables macro desordenadas como el actual sólo corre las restricciones, pero no resuelve los problemas de fondo. Para resolver la grave crisis de infraestructura, captar financiamiento internacional es un camino posible, analizando siempre el repago de los proyectos y la consistencia fiscal”, explicó Delgado.
Para Grindetti, eso se logra con estabilidad fiscal y recaudatoria, entre otras. O como dijo Sciara, hay que revertir el deterioro institucional para generar credibilidad: “Me refiero al Indec, al rol de Anses y el Banco Central, entre otras”.
“No es necesario repetir shocks que redistribuyan ingresos de la noche a la mañana ni aplicar recetas exóticas como fueron la convertibilidad o, ahora, el cepo. Argentina ofrece enormes oportunidades de inversión en numerosos sectores que hoy no se están explotando”, dijo Delgado.
Inflación. Excepto para Batakis, que afirma que la suba generalizada de precios es un problema “cuando la gente lo siente en el bolsillo”, para el resto de los consultados es necesario un plan integral para bajarla.
En cuanto a los ingresos, Sciara y Batakis destacan que si fueran ministros de Economía de la Nación, enviarían al Congreso un proyecto de reforma tributaria “para que paguen más los que más tienen”