Días atrás tuvo lugar la conversación sobre la vida y el pensamiento de Manuel Belgrano a 250 años de su nacimiento y 200 de su muerte. Organizado por la Federación de Docentes de las Universidades (FEDUN) con la participación de Felipe Pigna, el encuentro fue ocasión para destacar la importancia que Belgrano le otorgaba a la educación, no solo desde las teorías sino de la acción concreta.
Durante su exposición, que llevó el título “Belgrano, vida y pensamiento de un revolucionario”, Pigna describió a Belgrano como “un obsesivo por la educación, que no se quedaba en la teoría” y que, a pesar de su mal pasar económico, destinó dinero personal a la construcción de escuelas. “No era un utópico que hablaba de la educación, sino que cuando tuvo la posibilidad pudo concretarlo”, sostuvo. Estos aspectos, entre otros, lo definieron como un adelantado a su época.
Influido y formado por los grandes ideales que signaron la Europa del siglo XVIII, su regreso a Buenos Aires despertó en él una profunda decepción, que se evidenció en su preocupación por las actividades productivas y económicas de la colonia. Entre ellas, la inexistencia de una educación pública, libre y gratuita, además de cuestiones vinculadas con el cuidado del medioambiente. También fue crítico del lugar relegado que la mujer ocupaba en la sociedad.
Hacia el final, el historiador remarcó que “se ha puesto mucho énfasis en la muerte pobre de Belgrano, que es una cuestión injusta que el no quiso de ninguna manera. No hay por qué morir pobre. La ejemplaridad no está en morir pobre, sino en la honestidad. Porque hay quienes quieren que el otro muera pobre para ser más ricos ellos, pero no es esa la enseñanza. Es la honestidad, la valentía, el coraje, el patriotismo de Belgrano”.
La disertación sobre Manuel Belgrano se enmarca en el ciclo de charlas que viene desarrollando la FEDUN, con el objetivo de aunar la difusión del conocimiento, el aprendizaje y el debate histórico, a la vez que ofrece un espacio de reflexión en un momento tan particular, signado por la pandemia que hostiga al mundo.