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Maximiliano Guerra: “Me encantaría ser ministro de Cultura”

El bailarín y coreógrafo participó del Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación. Su apoyo a la candidatura de Patricia Bullrich. Y las duras críticas a la gestión cultural del kirchnerismo. Qué le falta al ballet argentino.

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Maximiliano Guerra, ex director del Ballet Estable del Teatro Colón, participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación del grupo Perfil, donde hizo referencia al presupuesto destinado a cultura por el gobierno kirchnerista. “Tenemos un montón de movimientos de gente artista que en realidad no aporta mucho a la cultura, sino que aporta a una idea a una ideología. Es ahí donde tenemos que cambiar el paradigma, volver a tomar la cultura como un movimiento revolucionario de ideas y no ideologías”, señaló.

El coreógrafo, también reflexionó sobre su posible candidatura en las elecciones de 2023 junto a Patricia Bullrich y su deseo de ser Ministro de Cultura. Asimismo, habló sobre los artistas que deciden irse del país y los casos de exilio interno. “Hay mucha gente que tiene que dejar su ciudad natal, por ejemplo, irse de Jujuy para venirse a trabajar a Buenos Aires porque no tiene futuro. Eso debe cambiar”, dijo Guerra en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.

—¿Cree que el Kirchnerismo aportó a la cultura argentina?

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—Cuando hablamos de cultura hay que ver un espectro muy amplio y hacer un balance sobre lo que se hizo bien y lo que no. La cultura hace muchos años, muchos más antes del kirchnerismo, estuvo, como siempre, abandonada. La cultura es revolucionaria, la cultura tiene mucha rebelión en sí misma. Históricamente los países que estuvieron en crisis lanzaron artistas maravillosos: literatos, pintores, bailarines, cantantes, músicos, películas y escritores fantásticos que eran críticos de las situaciones que vivían. Entonces, si bien el kirchnerismo aportó mucho dinero en lo que es la cultura, no siempre lo puso en el lugar correcto. Tenemos un montón de movimientos de gente artista que en realidad no aporta mucho a la cultura, sino que aporta a una idea a una ideología. Es ahí donde tenemos que cambiar el paradigma, volver a tomar la cultura como un movimiento revolucionario de ideas y no ideologías. Tenemos que trabajar eso. Si la pregunta la tengo que contestar por si o no, para mí es no. Ni el kirchnerismo, ni en este caso el macrismo, aportaron mucho a la cultura.

—¿Por qué rechazó la propuesta de ser candidato a diputado por el PRO?

—Yo iba a ir a la lista junto con Patricia Bullrich. Cuando Patricia renuncia, para que no haya problemas dentro de Juntos por el Cambio, me propone seguir en la lista o "seguir caminando conmigo el país". Yo desde muy chiquito viajo por el país, pude conocerlo, ver las diferentes idiosincrasias y las diferentes formas que tienen de vivir en cada provincia. Le dije que prefería seguir caminando mi país. Lo caminé mucho bailando y ahora lo empecé a caminar como ciudadano de pie para conocer bien cuál es la problemática. En la política argentina tenemos que hacernos más federales, realmente comprender como viven en Tucumán, como viven en La Rioja, como es Chubut, como es Salta. Aunque tengan problemáticas similares, no son iguales. Cada provincia tiene una forma diferente de resolver los problemas, porque tienen una idiosincrasia y cultura única. Por eso, quise recorrer el país. Mañana viajo a Entre Ríos  para conversar con jóvenes sobre las problemáticas que se están dando y saber cuál es su punto de vista para evaluar posibles soluciones. Eso me gusta más, me encantaría estar sentado discutiendo y proponiendo leyes, que me parece más importante, porque para eso volví a Argentina. Después de 18 años de vivir en Europa, volví a la Argentina porque creo que le tengo que devolver a mi país algo que me dio y que hoy no lo está dando, entonces quiero estar ahí.

—Patricia Bullrich confirmo su candidatura para las elecciones 2023. ¿Implica que usted será también candidato?

—Significa que voy a hacer todo el trabajo que sea necesario, con los equipos que sean necesarios, para tener un planteo de campaña y un planteo de gobierno a partir de 2023. Cuando uno habla de una candidatura, obviamente, lo que se desea es tener un puesto para poder modificar determinadas cosas, porque la política tiene que volver a ser eso. La política ha dejado de ser un instrumento de reformar nuestra sociedad. Los políticos en general están como muy alejados de la sociedad y creo que esto es una cosa que tenemos que rever y reconstruir, volver a acercar. Patricia tiene esa condición, se puso la Argentina al hombro en la cuarentena cuando nadie salía y cuando todos se escondieron. Se puso del lado de la gente. No teníamos las herramientas por no ser gobierno, pero, si el poder para escucharlos. Creo que cada candidatura tiene que ver con el trabajo previo y en dónde se realizó. Como artista, siempre busque la excelencia, busqué lo que mejor me salía, lo que podía entregar para dárselo al público. En la política quiero hacer lo mismo, lo mejor y desde el lugar que me toque, no sé si es con una candidatura legislativa, ejecutiva, o simplemente seguir haciendo el trabajo que estoy haciendo: escuchando a la gente y trayendo propuestas para que se mejoren las cosas.

—¿Le gustaría ser ministro de Cultura en un futuro?

—Me encantaría ser ministro de Cultura porque es un lugar donde la política tiene que ser una herramienta constructiva para reformular un montón de cosas. Claro que tengo que tener la capacidad para poder revertir un montón de situaciones que creo que hay que cambiar. La cultura como ministerio es un lugar donde hay que hacer muchísimo trabajo. La primera pregunta fue si el kirchnerismo había aportado algo. El kirchnerismo sí aportó en algunas cosas, pero, también, lo que hizo es armar grupos. Por ejemplo, el INCAA. El INCAA tiene un grave problema: recibe fondos nacionales y los reparte discriminadamente porque no se los da al mejor proyecto, se los da a amigos. Esto hay que reformularlo porque estas cosas no pasan solamente ahí, suceden en un montón de subsecretarias y secretarias que están en movimiento. El otro día estaba hablando con un cineasta argentino -jujeño- que es famosísimo en Inglaterra y todas sus películas las hizo con fondos ingleses, porque nunca le dieron acá por cuestiones políticas. Él dice "yo me siento cancelado en la Argentina" porque acá nunca pudo conseguir fondos para hacer sus cosas y él lo que quiere es hacer documentales de su provincia. Esta cosa federal se perdió. Pero, no solo acá, se perdió en muchos lugares, Un bailarín que no viene al Colón a estudiar es muy difícil que llegue a algún lado. Todo eso hay que revertirlo. 

—¿Por qué cree que el macrismo no hizo una buena gestión?

—No pudo. Yo creo que Pablo Avelutto tuvo la mejor de las intenciones, pero, no llegó realmente a hincar a fondo donde estaban los problemas.  Donde estaban, quizás, las organizaciones, no quiero utilizar la palabra mafia, porque se puso de moda y en realidad no es así, pero, sí las organizaciones que son tendenciales a un solo lado, a un solo color de bandera, creo que ahí no llegaron. No tuvieron quizás el tiempo o no tuvieron el coraje que hay que tener.

Maximiliano Guerra en el Ciclo de Entrevista

—¿Cree que el kirchnerismo fomentó esa cuestión de la cancelación?

—Sí, el kirchnerismo tiene un lado muy totalitario. Por un lado, es muy populista, pero, por otro tiene eso de totalitario, si no sos igual a ellos. Yo tengo amigos, que me han cancelado a mí como amigo, por pensar distinto y creo que ahí es algo que tenemos que empezar a cambiar desde la política. No hay que crear fanatismos sino crear realmente pensadores. Tener gente que baje ideas que sean absolutamente abiertas. Yo creo que lo mejor que nos puede pasar es tener un buen debate ¿no? Un debate donde aprendamos todos, no una discusión donde nos peleamos y uno quiera tener la razón nada más. Creo que va por ahí el tema, no bajar pensamientos totalitarios que afirman: ¡Es así o es así! ¿Ayer fue lo de la manifestación en la embajada de Estados Unidos? Nosotros tenemos tantas cosas para resolver en nuestro país, dejemos a los americanos que resuelvan lo suyo, nosotros resolvamos lo nuestro. Resolvamos el tema de los camiones que están cortando la 9 de Julio, por ejemplo, resolvamos esto que está pasando, donde se están peleado casi a cuchillo para ver quien maneja los planes sociales en lugar de ver cómo resolvemos la pobreza de la gente. Todas estas cosas creo que son paradigmas que tenemos que revertir para tener un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos.

—¿Qué cree que le falta al ballet argentino para ser más reconocido mundialmente?

—hacerse ver, poder organizarse. Bajar un poco la sensación que tienen hoy los bailarines en las grandes compañías que tenemos en Argentina. Tenemos varias, una es El Colón, otra es el Teatro Argentino, tenemos Bahía Blanca, tenemos Córdoba, tenemos en Salta, en Misiones. Les falta volver a creer y darse cuenta que son artistas, que no son empleados municipales ni provinciales. Los chicos llegan con muchas ganas y muy jovencito, luego entran en una especie de statu quo: de que somos gremialistas, entonces, paramos si no hay agua caliente y paramos el ensayo si se despegó una cinta del piso. Esa cosa que nos tira para abajo, esa forma de ver el trabajo como un empleado: ¡Si no están las condiciones dadas, no puedo trabajar!”. Algunas veces, si las condiciones no están dadas, tenemos que ser todos conscientes y reformular algo. Pero, que se despegue una cinta o no haya agua caliente, no es tan indispensable como hacer un buen ensayo para hacer una buena función. Hay que volver a encaminarlos en la creencia de que son artistas, de saberse artistas y que al arte y al público es a quien finalmente destinamos todo nuestro trabajo, nuestros deseos y sueños. Que el arte y el público son lo más importante y no tanto la cinta y el agua caliente.

—¿Por qué considera que algunos artistas prefieren irse a otros países a desarrollarse profesionalmente y no quedarse en Argentina?

—Muchos artistas se van, por ejemplo, en busca de nuevos horizontes. En mi caso fui a buscar un crecimiento personal para después  traerlo de vuelta a la Argentina. Hay otros casos que no consiguen trabajo acá y se van. Tengo una alumna que hace dos días audicionó para el Teatro de La Scala de Milán, porque no consigue un lugar acá. Hay muchos motivos por los cuales un artista se va. Lo que sí hay que tener en cuenta es que la pertenencia original del artista es muy importante. En realidad el artista es universal, entonces tenemos que tener en cuenta eso: que el artista muchas veces se va porque justamente quiere cruzar una frontera, quiere atravesar y llegar un poquito más lejos. Es tu carrera, es tu elección. Pero, si tenemos que tener en cuenta que acá no se hicieron grandes compañías: en Italia de las ocho provincias que tenés, hay unas 19 compañías que trabajan en todo el país. Acá, tenemos 23 provincias y 5 o 6 compañías. El exilio también es un tema, tenemos que tener en cuenta que no solo es irse afuera del país. Hay mucho exilio que es interno, hay mucha gente que tiene que dejar su ciudad natal en Jujuy para venirse a trabajar a Buenos Aires porque sino no tiene futuro. Esas cosas tenemos que cambiar.

—Le agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas organizado por estudiantes de Periodismo de Perfil Educación y le damos la posibilidad de cerrar el reportaje con un comentario final.

—¡Qué pena es tan corta la charla! Está muy bueno esto de poder intercambiar opiniones, puntos de vista y sobre todo creer en que hacer esto es bueno para el futuro de nuestro país. Seguir sembrando, hablar, pensar, estudiar, estar de acuerdo o no, buscar los por qué, porque alguien puede o no estar de acuerdo con todo lo que dije, pero creo que ahí es donde buscando esos ¿Por qué?, vamos a encontrar los ¿Para qué? Siempre hay que pensar el ¿Por qué? y el ¿Para qué? cuando hacemos las cosas. Por qué lo hacemos? Porque queremos ser mejores ¿Verdad? y ¿Para qué lo hacemos? Para tener un país mejor. Entonces, ahí está lo que nosotros podemos aportar cada uno desde nuestro lugar un poquito para que se viva mejor.

Por María Gabriela Maidana, Karin Perera Godoy y Betsabé Tempone
Estudiantes de Periodismo de Perfil Educación
Escuela de Comunicación