EDUCACIóN
Veganismo, ecología y derechos sexuales

Nueva agenda para una sociedad en movimiento

Educación dialogó con el sociólogo y docente (UBA y FLACSO), Miguel Ángel Forte, y la estudiante de medicina y activista social, Valeria Rousseau, acerca de los reclamos que forman parte de la nueva agenda pública.

Veganismo
| Forte

La agenda pública está mutando. Cada vez con mayor frecuencia se puede observar que temas como sexualidad, veganismo o ecología movilizan a sectores sociales que pujan por su concientización e instalación en el debate político. 

Para profundizar sobre el rol de esta nueva agenda pública y sus implicancias sociales, el suplemento Educación dialogó con Miguel Ángel Forte, sociólogo y docente de la UBA y FLACSO, y Valeria Rousseau, estudiante de medicina y activista social.

En los últimos años, la tradicional agenda de reclamos ligada a la sociedad industrial (salario, derechos sociales, etc.) se ha visto eclipsada por una agenda vinculada a lo que Touraine llama el paradigma cultural (veganismo, sexualidad, aborto, etc.). ¿Consideras que este tipo de reclamos está presente? ¿Qué peso tienen en el debate público?

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Valeria Rousseau: Estos reclamos están presentes de la mano de la juventud y de la ola de conciencia que se está creando acerca del medioambiente, la alimentación, la industria, la manera de producir y los vínculos que las unen. Dichos reclamos nos llevan a preguntar qué es lo que permite y garantiza que estas prácticas sucedan, e incluso se naturalicen. Y acá el peso en el debate público, porque, ¿es nuestra “cultura” o es el sistema donde estamos inmersos? Un sistema basado en acrecentar capitales, obteniendo ganancias sin importar qué se está explotando: a la clase obrera, a los animales y a la naturaleza. Dentro del debate público acerca del medioambiente y la crisis climática, la ganadería está presente en varios puntos, aunque se quiera hacer invisible. Si hablamos de contaminación, la industria ganadera es una de las principales causas de esta problemática por lo que deja a su paso: deforestación (tala legal e ilegal de bosques), gases efecto invernadero (los más perjudiciales), degradación del suelo y de los recursos hídricos, pérdida de biodiversidad en los ecosistemas, desechos animales (antibióticos, hormonas, productos químicos utilizados para teñir pieles y fertilizantes y pesticidas que se usan para fumigar los cultivos forrajeros). A esto hay sumarle el daño y la contaminación de la producción de soja transgénica (forraje que se utiliza para esta industria). El ganado utiliza el 30% de la superficie terrestre del planeta, pero también se destina un 33% de toda la superficie cultivable para la producción de su forraje (soja transgénica). Cito lo ocurrido en la Amazonia como ejemplo actual: desde febrero aumentó el 40% de las áreas deforestadas (dos hectáreas por minuto), y en lo que va del año se registró que ha sido para cubrir, principalmente, la producción y exportación de soja. A su vez, el 70% de la soja del mundo se usa para alimentar animales “de consumo”. Por esto, el debate acerca de la problemática ambiental, la explotación y la esclavitud animal, son de lectura conjunta, por el daño que se genera al medioambiente y al planeta. Hay que entender que la única manera de frenar al antropoceno es desterrando toda forma de explotación, y el veganismo con perspectiva anticapitalista es eso mismo: abolición de cualquier tipo de explotación y opresión.

 

Releyendo a los clásicos de la sociología, ¿cómo los reinterpretamos en este nuevo paradigma?

Miguel Ángel Forte: El bicentenario encontró a Marx, como la herramienta revolucionaria que supo ser desde su origen, ya que, dicho sea de paso, el objetivo de Marx fue crear una teoría para la revolución socialista con la clase obrera a la cabeza, como bien lo expresara Engels en la despedida de su amigo. Esto se debe a que el punto de partida del despliegue teórico del marxismo es la alienación, el extrañamiento, el sentimiento de que el mundo no nos pertenece. Idea que, si bien ya estaba presente en la izquierda hegeliana, se pensaba a la manera iluminista que podía ser superada si la subjetividad se emancipaba de su atadura religiosa, promesa al fin de la modernidad. Pero como bien observaba Hanna Arendt en La Condición Humana, esto no nos hizo entablar una relación distinta con la naturaleza, sino que retornó sobre el sí mismo. En tal sentido, si bien la clase obrera es la que estaba en mejores condiciones existenciales para comprender este fenómeno, en el tiempo se fueron sumando identidades en el padecimiento del capitalismo como los trabajadores, las mujeres y la juventud, en apretada síntesis. Y si de problemas ecológicos se trata, bien advertía Marx que el capitalismo tiende a destruir a dos fuentes de riqueza: la naturaleza y los seres humanos. Afirmación que reafirma a Marx como a un contemporáneo que da cuenta del desastre ecológico y de las identidades productos del dolor humano.

 

Muchos de los reclamos y las movilizaciones que están teniendo lugar en países como Chile, Ecuador y Colombia, están encabezadas por jóvenes. ¿Cuál considerás que es el aporte de ellos a estos movimientos?

MAF: Estamos viendo en todo el planeta a les jóvenes enfrentando a un sistema que los oprime, los excluye y, en consecuencia, nos les ofrece un futuro. Se trata al fin de una generación que se ha acostumbrado a incorporar la lucha por sus reivindicaciones en su vida cotidiana. Así crecieron, tomando colegios, cortando calles, marchando. En tal sentido, recién llego de la ocupación de la jefatura de gobierno, acompañando a les residentes cuya lucha es contra la creciente precarización laboral producto de una nueva legislación y, en tal sentido, resulta ser una lucha paradigmática de la juventud profesional de la salud: mediques, psicólogues, sociólogues. En Chile, Ecuador, Hong Kong, Francia, Puerto Rico, se los ve luchando e incorporando el anticapitalismo y el socialismo que demuestra ser, una vez más, sensible para identificarse y para acompañar a los que están sufriendo en este sistema de opresión. Quieren les jóvenes estudiar, trabajar, labrar su futuro y el capitalismo no les ofrece ninguna salida. Como bien dicen les jóvenes hermanes chilenes, somos los hijos de los obreros. Les jóvenes siempre han sido sensibles a los problemas generados por el orden social, es cierto, pero lo que estamos viviendo hoy, tiene la profundidad revulsiva de los ‘70 y nos sentimos muy felices les jóvenes de aquél tiempo con este reencuentro. .

*Politólogo, sociólogo,

investigador y docente (UBA)

@leandro_bruni