Desde hace décadas, las clases ya no son el lugar del silencio acobardado o abúlico. La voz circula frecuente y constante dentro de las aulas. Los alumnos toman la palabra para preguntar, inquirir, opinar u objetar. Los turnos de habla que antes estaban rígidamente regulados por el docente hoy resultan más flexibles.
En efecto, la palabra ocupa hoy un lugar central, lo que significa que es habilitada, construida y escuchada con la seriedad y el cuidado que supone el pensamiento de otro y su voz. Pero tomar la palabra no siempre es tarea fácil. Con frecuencia, es necesario impulsar a algunos alumnos para que se expresen.
Por otro lado, pese a estar cotidianamente en las aulas, la palabra no siempre fue considerada como un contenido de trabajo y de enseñanza. Hoy, sin embargo, existen diferentes capacitaciones que lleva adelante el Instituto Nacional de Formación Docente (INFoD) del Ministerio de Educación orientadas a considerar las situaciones básicas de oralidad en las aulas e interrogar acerca de las condiciones didácticas que favorecen que todos los estudiantes puedan tomar la palabra.
Las capacitaciones que realiza el INFoD a través del Programa Nacional de Formación Docente Situada no solo tienen a la oralidad como eje de trabajo, sino que también incluyen la producción de textos y los diferentes usos del lenguaje en el ámbito escolar. Estas instancias de capacitación buscan reflexionar sobre las prácticas pedagógicas más propicias para el desarrollo de las capacidades de comunicación y resolución de problemas en los alumnos.
Claro, es que la escuela tiene que lograr, entre una de sus funciones, que los estudiantes continúen desarrollando su lenguaje y su pensamiento, haciéndolo más preciso, más abstracto, más extenso y más complejo. También debe lograr que los niños y los jóvenes aprendan a leer con más herramientas y a escuchar con más lucidez las palabras dichas, y todas estas capacidades son indispensables para todas las disciplinas y las áreas educativas.
¿Cómo promover ese desarrollo? ¿Cómo trabajar en las aulas de manera que todos los alumnos avancen como escuchas críticos y comprensivos? ¿Cómo trabajar para que los estudiantes expresen lo que saben y lo que opinan? Estos interrogantes forman parte las capacitaciones que hoy realiza el Programa de Formación Docente Situada en conjunto con los ministerios de educación de las 24 provincias.
Sobre ellas, Cecilia Veleda, directora del INFoD, señala que se tratan de “una política masiva con un objetivo bien específico, que busca un cambio del sistema educativo en su conjunto, sostenible en el tiempo. Más que un programa, la formación situada aspira a transformarse en una modalidad constante de aprendizaje de los docentes. Los desafíos pendientes para garantizar el acceso de todos los estudiantes a los aprendizajes fundamentales exigen ser muy sistemáticos en el foco temático y las modalidades de la formación docente”.
Así, las capacitaciones del programa se desarrollan a través de diversos dispositivos: círculos de directores, jornadas institucionales y ateneos didácticos de lengua, matemática y ciencias. Los primeros se realizan periódicamente para fortalecer la gestión pedagógica de la escuela. Las jornadas institucionales, en tanto, se orientan a los equipos docentes para trabajar en el desarrollo de las capacidades de comunicación de los estudiantes. Por último, los ateneos didácticos se dirigen a los docentes con el fin de analizar, poner en práctica en el aula y reflexionar sobre los resultados de las propuestas de enseñanza.