Las técnicas de reanimación cardiopulmonar, la maniobra de Heimlich y el uso de desfibriladores externos automáticos ya se enseñan en las aulas.
CEDOC. |
Son las 8:30 de la mañana en la ciudad de Sarmiento, provincia de Chubut. Mientras se toman unos mates, conversan y hacen chistes, Nahuel, Brenda y otros compañeros se preparan para comenzar la clase en su escuela secundaria.
De repente, Brenda comienza a toser fuertemente. Al principio, Nahuel y sus compañeros piensan que se trata de otra broma, pero ella sigue tosiendo y se pone colorada. En medio de las risas, Nahuel se pone serio y actúa. Inmediatamente se coloca detrás de ella, la envuelve con sus brazos y con los puños le aprieta el abdomen hasta que Brenda comienza nuevamente a respirar. Su compañera de clase se había atragantado, hecho que podría haber terminado trágicamente.
Esto ocurrió en la Escuela Técnica N° 725 de la provincia patagónica. Cuando Nahuel recuerda lo sucedido, reflexiona: “La verdad es que es muy importante saber realizar esta técnica y aplicar las maniobras, porque en cualquier momento nos puede pasar. Hay que tomar la decisión, hay que actuar en vez de pensar tanto, de paralizarse, para poder asistir a la persona que lo está necesitando”.
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El joven había aprendido esta técnica en un curso de capacitación organizado por el programa RCP en las Escuelas del Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología de la Nación, cuyo objetivo es que los estudiantes tengan los conocimientos necesarios para actuar en casos de muerte súbita que ocurren, por ejemplo, cuando a alguien se le detiene el corazón, pierde la conciencia, deja de respirar y se desvanece, o en casos tan comunes como en el que actuó Nahuel.
Durante las capacitaciones en las escuelas, además de enseñar técnicas de reanimación cardiopulmonar y la maniobra de Heimlich, se capacita a los alumnos en el uso de los desfibriladores externos automáticos (DEA), unos aparatos inteligentes que dan una descarga eléctrica al tórax para devolver el ritmo normal al corazón. Estos dispositivos tienen indicaciones verbales y están diseñados para que cualquier persona pueda usarlos.
Tanto las técnicas de RCP y el uso de los DEA se enseñan para ayudar a las personas que sufren de muerte súbita. Pero siempre es importante prevenir. Y no hay mejor prevención que aprender a llevar una vida con hábitos saludables para disminuir la probabilidad de padecer enfermedades cardíacas. Así lo entiende RCP en las Escuelas, programa que no sólo pone el foco en transmitir habilidades en la adquisición de la técnica y el conocimiento de los aparatos de reanimación, sino que también concientiza acerca de la importancia de practicar buenos hábitos de vida.
