Al oficialismo le resultó bastante cómodo el escenario de pelea con la ex presidenta, a quien culpó estos meses de los problemas económicos y políticos del país, por los errores del pasado. La Casa Rosada instaló bien la idea de que en esta elección legislativa no sólo se juega el futuro de Cambiemos en el poder, sino las chances de Cristina de regresar al gobierno en 2019.
La batalla electoral bonaerense no dejó afuera las causas judiciales por corrupción que tienen como principales acusados desde la ex presidenta hasta sus ex funcionarios. De hecho, el viernes, Cristina deberá declarar como imputada en la investigación que lidera Claudio Bonadio por un supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA, a raíz del memorándum con Irán. Esta semana, el ex ministro Julio De Vido acumuló dos pedidos de desafuero y detención por otras dos causas: podría quedar preso el miércoles.Para el macrismo, las causas judiciales son la prueba de que el kirchnerismo no debe volver al poder. Para Cristina, demuestra que hay una persecución política y judicial. En ese contexto, algunos dirigentes del Gobierno alimentaron la idea de que si la ex presidenta vuelve al Senado habrá que impedir que asuma o impulsar su desafuero.
A la elección, la ex presidenta intentó llegar como la opción para “frenar el ajuste”. En las internas no pudo instalar con la suficiente fuerza ese mensaje, pese a haber ganado por poco. Ella acusó a la Casa Rosada de haber manipulado la carga de datos durante el escrutinio con el objetivo de diluir su triunfo.
Hoy, la ex presidenta esperará los resultados otra vez en la cancha de Arsenal de Sarandí, en Avellaneda, municipio conducido por su aliado Jorge Ferraresi. Estará junto a los candidatos de Unidad Ciudadana. Y con su hijo, el líder de La Cámpora y diputado nacional Máximo Kirchner. Desde una oficina que le reservaron para ella, al igual que en agosto, prestará especial atención al escrutinio. Ya hay fuentes del kirchnerismo que anticipan que Cristina planteará la necesidad de que se abran todas las urnas.
En el búnker de campaña no confirmaron a qué hora tiene previsto dar su discurso. La última vez lo hizo a las cuatro de la mañana, casi con el recuento provisorio terminado. Si esta vez se ve la misma escena significaría que se estaría repitiendo un escenario de paridad.
Lo que sí marcará esta elección será el contraste entre el retroceso del kirchnerismo como fuerza política nacional y la expansión del oficialismo. CFK presentó candidatos propios en pocas provincias. Y en la mayoría esos candidatos no compitieron por los primeros lugares. Así y todo, sigue siendo protagonista de la discusión política.