ELOBSERVADOR
El 8 de abril día internacional del pueblo gitano

Una literatura sin lectores

El pedido por el reconocimiento tanto en la literatura como en la sociedad.

Gitanos 20220406
Gitanos. | Shutterstock

Pobiaste del rumano poveste, o Paramicha en lengua rom son los términos utilizados por los gitanos para referirse a la literatura oral. Se traduce como “anécdota” cuando se cuenta un hecho real; y como “mito” cuando es ficción. Con el deseo de llegar a más lectores, la oralidad se amplió y pasó a ser un artefacto escrito. Por lo tanto, la literatura, en tanto caja acústica amplificadora de recursos y heredera de la polifonía, de la tensión y por sobre todo de la incesancia que viene de la oralidad; Pobiaste, o Paramicha son intentos que rozaban todos los géneros literarios para que chicos y grandes puedan rescatar; lo que su presupuesto les permita. La literatura moderna tiene autores; sus géneros son más claros conceptualmente, tienen reglas fijas, pero móviles en el tiempo. Una persona se convierte en lectora cuando empieza a leer un texto y a medida que lo lee lo censura para poder ampliarlo e interpretarlo.

De todas las literaturas la más endogámica, la menos conocida y la más invisibilizada por el racismo y el mercado es la gitana, aunque posiblemente sea una de las literaturas vivas más antiguas, cultivada en una lengua prácrita, hermana del sánscrito.

De todas las literaturas la más endogámica, la menos conocida y la más invisibilizada por el racismo y el mercado es la gitana

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El 8 de abril día internacional del pueblo gitano, el Instituto de Cultura Gitana de España y el Ministerio de Cultura de España me honrarán con el Premio de Literatura Gitana 2022 en un intento por poner en valor la cultura de un pueblo; que solo interesa a los medios, cuando algún gitano delinque. Jorge Nedich plasma sus relatos con una mano hábil, preparada y sutil, arma sus historias profundas y arboladas para crear un clima narrativo cautivante que conserva el placer por la oralidad, el gusto por la palabra fonada y el deseo logrado de alcanzar la polifonía y la justicia poética, literaturizando las polaridades más sublimes y bizarras de la condición humana. Sus paisajes narrativos con matices humanos, filosóficos y culturales se apartan de los estereotipos antigitanos, esparcidos en La gitanilla por Cervantes, en Los zincali por George Barrow, en Carmen, por Próspero Marimé, se para lejos del romanticismo que los ha condenado, fomentando un exhibicionismo racista…

Ser gitanos fue el motivo para rechazarlos, esclavizarlos, animalizarlos, y asesinarlos en más de 400 genocidios realizados en el mundo

Todas las naciones les reconocen a los inmigrantes sus saberes y su fuerza laboral, sus hijos o sus nietos, llegaron a ser reyes, presidentes e hicieron de los países, potencias. Luego de la creación de los derechos humanos en 1948, los gitanos más asimilados ingresaron a cuenta gotas a las aulas. Antes se los eliminó físicamente por plaga, horda, robadores de niños, caníbales, salteadores de caminos, espías. Las ciencias médicas y la antropología aseguraban que el cráneo gitano tenía un cerebro chico que no evolucionaba; funcionaba solo para delinquir. Fueron obligados a portar un carnet de delincuentes, por eso no formamos parte de la picaresca. Ser gitanos fue el motivo para rechazarlos, esclavizarlos, animalizarlos, y asesinarlos en más de 400 genocidios realizados en el mundo. Argentina cometió varios, hoy no aplica una educación intercultural, se niega a censarlos, la sociedad no los quiere en las escuelas de sus hijos, tampoco como compañeros de trabajo, no califican como novios, como vecinos, como socios de un club, son sucios, promiscuos, ladrones. La lengua gitana ha aportado más de seiscientas palabras a la lengua española, doscientas al lunfardo (chanelar, chorear, chamuyar) … Nedich aborda la composición humana y a veces siluetea un racismo higienista que condena a un pueblo a estar detrás de la frontera en su propio país; su cercanía molesta, sus necesidades enfadan. Sus derechos son vulnerados, viven fuera del paraguas, afean el paisaje, incomodan. Su literatura es una posibilidad de aprender a mirar y dejarse mirar, y es nada para el que lo ve todo, para el que lo sabe todo. (Diego Luis Fernández Jiménez director del ICG)