El deporte no solo es competencia, también es una escuela de vida. Así quedó demostrado en la conferencia “Superando Obstáculos”, organizada por la Fundación OSDE. En un auditorio repleto, el ex futbolista Carlos Tévez y el ex basquetbolista argentino Pepe Sánchez, dos figuras emblemáticas del deporte nacional, compartieron su visión sobre temas tan universales como el liderazgo, la derrota y la superación personal. La charla, moderada por el periodista Diego Leuco, resonó con lecciones valiosas tanto para deportistas como para cualquier persona que enfrente desafíos en su día a día.
Para Pepe Sánchez, el liderazgo es un concepto que evolucionó con los años. “Yo pensaba que ser estratega me convertía en líder, pero con el tiempo entendí que liderar va más allá de eso. Se trata de impulsar al equipo, de incluir a todos en el éxito”, reflexionó, destacando la importancia de agradecer el trabajo invisible de los demás.
El Apache, por su parte, enfatizó cómo el liderazgo individual debe estar siempre al servicio del grupo: “Quiero ser el mejor, pero primero está el equipo. Si yo me tiraba al piso en la cancha de Boca, sabía que eso levantaba a mis compañeros y a la gente. Liderar no es solo hablar, es contagiar con el ejemplo”.
El fracaso, inevitable en cualquier ámbito, fue otro de los temas centrales. Según Tévez, lo más importante es la actitud al día siguiente: “El día después es fundamental. No dormí bien, pero me levanté, fui a entrenar y a seguir mejorando. El paso adelante es lo que marca la diferencia. Aunque juegues bien el domingo, al otro día ya tenes que estar pensando en el próximo partido”.
Sánchez, ex jugador de NBA e integrante de la medalla olímpica en Atenas 2004 y equipos importantes como el Real Madrid coincidió, señalando que el significado de la derrota cambia con el tiempo: “Antes veía la derrota como algo terrible, pero ahora entiendo que es parte del proceso. Ganar o perder tiene un impacto emocional, no sólo estadístico, y debemos aprender a gestionarlo para crecer”.
En el competitivo mundo del deporte de alto rendimiento, encontrar momentos para disfrutar puede ser complicado. Tévez lo describió así: “El disfrute en el fútbol es muy corto porque al domingo siguiente ya tenía otra responsabilidad. Pero hay que encontrar pequeños momentos y valorarlos”. Pepe agregó: “En nuestra época, disfrutar era casi una mala palabra. Hoy el desafío es combinar el estrés con el disfrute, algo que la nueva generación debe aprender”.
Ejemplos de grandeza: las influencias que moldearon a Carlos Tévez y Pepe Sánchez
Ambos deportistas destacaron la influencia de sus familias y de figuras clave en su formación. Tévez recordó: “Mis padres me enseñaron a ser buena persona antes que buen jugador. Todavía soy el chico de Fuerte Apache, y eso la gente no se lo olvida”. A su vez, el Apache recordó a Gabriel Batistuta como su ídolo de la infancia, y cómo aprendió de él para seguir inspirándose: “A Bati lo veía en el predio de AFA cuando volvía de Fiorentina, entrenaba a la mañana y a la tarde practicaba definición. Miguel Tojo -persona muy importante en la vida del nacido en Fuerte Apache-, nos decía que aprendamos de él -por Batistuta-. Junto con Hugo Tocalli fueron grandes inspiradores en mi vida”.
Por su parte, Sánchez reconoció a John Chaney, ex profesor de una universidad de Estados Unidos, cómo una persona fundamental en su vida: “John sacaba chicos talentosos, pero con muchos problemas familiares, con entornos muy complejos, y los traía a la universidad. Ejercía de padre, de abuelo, de todo. Todas esas historias son las grandes lecciones que yo pude aprender en esos 4 años. Entonces digo, más allá de lo que me pudo enseñar como jugador es lo que me dio como persona. Estoy agradecido”.
Sin embargo, también mencionó al mejor jugador de básquet de la historia argentina y su compañero en la albiceleste, Manu Ginóbili, como un verdadero líder y modelo a seguir: “Manu era alguien que siempre agradecía, que incluía a todos en el éxito. Eso es lo que hace grande a una persona y a un equipo”.
La conferencia cerró con un mensaje claro: el éxito no se mide solo en títulos o trofeos, sino en la capacidad de superar obstáculos y transformar los desafíos en oportunidades para una vida plena.