Machista, violento y sádico. Mañana se estrena en los cines de todo el país "Boogie, el aceitoso", la historia del personaje más descarnado de Roberto Fontanarrosa. Y como anticipo su director, Gustavo Cova, cuenta cómo fue el proceso para pasarlo de la gráfica a la pantalla grande y los pormenores de una producción para la que se invirtieron dos millones y medio de dólares.
- ¿Cómo surgió el proyecto?
A mí me llama José Luis Massa (N. del R.: dueño de la productora Illusion Estudios) a fines de 2007. Sabía que estaban desde hacía rato con la película y que se habían encontrado con Fontanarrosa para proponerle llevar adelante el proyecto. De hecho, se estuvo trabajando en un guión que "el Negro" llegó a leer y corregir, estaba muy entusiasmo, le decía a José Luis que era un loco de mierda por llevar un personaje tan violento a la pantalla. Pensá que el cine de animación en Argentina siempre se consideró para chicos. No hay muchos antecedentes de películas de animación para adultos en nuestras latitudes más allá de las norteamericanas que se estrenaron.
- ¿Con qué se encontrará el fanático de Boogie?
Lo mejor que tiene la película es la genialidad del Negro. Nosotros respetamos a rajatabla su ideología, su idiosincracia, al personaje. Obviamente hubo que adaptarlo a la pantalla grande, que sea una película de principio a fin, que sea una historia única; que la gente se entretenga mirándola. Pero más allá de los lógicos cambios, tratamos de ser lo más fieles posibles con el personaje.
Según Cova, con Boogie "el Negro nos hablaba de la violencia en la sociedad, la discriminación, del racismo y del machismo pero en vez de tratarlos desde un lugar panfletario los trataba desde el humor y desde un sarcasmo totalmente hilarante que te hace divertir muchísimo".
- ¿Cuánto se invierte en una película de estas características?
Empezó siendo un presupuesto más bien acotado para lo que es un film de animación y a medida que se fue desarrollando fue creciendo; incluso una vez terminado siguió creciendo en el trabajo para la proyección a las salas 3D. Terminó rondando los dos millones y medio de dólares.
- ¿Cómo es el proceso por el cual una historieta pasa del papel a la pantalla?
Como director cinematográfico uno intenta ser un buen narrador de historias. Lo importante es saber en el medio te movés y qué estás contando. Con Boogie queríamos hacer un policial negro, la productora quería trabajar desde ese punto de vista, había que crear esa atmósfera. El dibujo de Fontanarrosa es bastante limpio, si bien es rudo en sus trazos los fondos son blancos y está despojado. Nosotros fuimos en un camino opuesto, con fondos casi fotográficos, hiperrealistas; con una producción impresionante como nunca hicimos para darle un clima terrible. Terriblemente realista.
(*) Redactor de Perfil.com