Mentir para decir la verdad. Es el leit motiv de la obra que protagoniza y tal vez una de las lecciones que aprendió, desde muy chico, el actor Martín Bossi.
Y es que con pocos años comenzó a mentir para hacer lo que le en realidad le gustaba. "Falsifiqué la firma de mi viejo en el boletín, le hice creer que pasé de año y en realidad me iba a jugar al tenis", cuenta a Perfil.com.
"Descubrí que podía hacerle creer a la gente cosas. Falsificar la firma de mi viejo fue empezar a imitar", reflexiona ahora, sentado en las escaleras del teatro Broadway donde presenta su espectáculo M, el impostor.
En él hace un repaso de sus grandes hits de imitaciones y entre otros encarna a Chayanne, Luis Miguel, Andrés Calamaro, Charly García y su adorado Roberto Sánchez, Sandro, de quien usa ropa que el propio Gitano usó en una presentación en el Madison Square Garden de Nueva York.
"Le tengo un amor profundo, un amor muy grande. Representar a Sandro es un honor, porque además es un personaje riquísimo", señala.
En 2009, Bossi fue parte del programa más visto de la televisión argentina y encarnó a Cristina Fernández en la famosa edición de Gran Cuñado con políticos dentro de Showmatch.
Sobre cómo surgió la idea de encarnar él a la presidenta entre un gran elenco de humoristas, Bossi recuerda: "Se estaba armando el equipo de Gran Cuñado y yo pedí hacerla. Me creía maduro como para tomar una responsabilidad semejante".
Para lograr caracterizar a este particular personaje, la preparación del actor fue intensa.
"Me encerré cuatro meses y llamaba al productor y le decía 'no me sale' . En el encierro hice el trabajo de ver videos y también iba a las marchas a verla. Necesitaba ver la vibra en vivo. Un día empecé a ver a Evita y ahí dije 'ah, es por acá'", recordó.
Con Eva Perón en la cabeza, Bossi llegó a encontrar el tono de Cristina Fernández: "Sobre todo cuando Cristina estaba en las plazas, que sufría, disfónica. Agarré esa parte".
"Cristina, como personaje, es shakespereana. Es una presidenta shakespereana. Para mí hacerla era hacer a un personaje apasionado", concluye.
La imitación de Martín Bossi levantó todo tipo de comentarios. El actor dice que no sabe cuál fue la reacción de la presidenta al verlo, pero tampoco le importa.
"Lo hice con mucho respeto porque es la presidenta y se debe respetar su investidura como tal", sostiene y agrega que no tendría problemas en imitarla ahora, dos años después y tras la muerte de Néstor Kirchner.
"Claro, se podría hacer. No jugaría con ningún tipo de expresión desagradable. Pero, ¿por qué no? Si es una mujer que está trabajando y en actividad. Debe tener sus dolores como yo tengo mis dolores", apunta.
Después de Tinelli. "Estuve cinco o seis años en Ideas del Sur y fue bárbaro. Me dio amigos, me dio gente muy honesta. Mucha felicidad, mucha adrenalina, mucho cielo y mucho infierno. Digo infierno porque la tele es así, te salen las cosas bien y estás en el cielo y cuando te salen las cosas mal no", cuenta.
Consultado sobre si tuvo despegarse del "estigma" Tinelli, el actor reflexiona: "No creo que hay que sacarse de encima a Tinelli. Es como yo, me fui de la casa de mamá y no me la saqué de encima. Yo a Marcelo no le debo nada, porque está todo saldado. Él me ha dado y yo le he dado muchísimo. Obviamente me sirvió mucho más a mí que a él el paso por Showmatch".
"Él es un genio, pone un maniquí, un guardaespaldas sin hablar y lo hace famoso. Él es un genio pero no me tuve que despegar de Marcelo, tuve que seguir mi camino y recordarlo con un cariño enorme", concluye.
(*) de la redacción de Perfil.com
