Desde hace aproximadamente un año vemos en la Argentina una serie de publicidades que promueven el video on demand (VOD) como si ya fuera “el presente del entretenimiento”, no el futuro. En formato de combo, oferta o novedad, el servicio está llegando a los hogares (y más allá de ellos) y va modificando totalmente nuestros hábitos de consumo. Entre quienes ignoraban la propuesta hace algunos años hay cada vez más “conversos”. Otros, ultraadaptados, ya no quieren utilizar los canales abiertos salvo excepciones de grandes espectáculos, acontecimientos mundiales o para ver el bendito/maldito fútbol. Como en todo el mundo y aquí también, la TV tradicional como la conocemos tiene los días contados. El modo en que nos entretenemos, educamos e informamos está cambiando.
Transitamos hacia un nuevo escenario, no lineal, con una cantidad enorme de contenidos a disposición, en múltiples dispositivos en los cuales el espectador tiene el poder para decidir las condiciones de consumo. Los análisis de audiencias demuestran que –por fuera de eventos como festivales y presentaciones especiales que promueven el encuentro– los espectadores hoy quieren decidir el momento y el contexto para consumir películas, series, cortos, etc. El entretenimiento guiado por una grilla lineal y disponible sólo en la pantalla de nuestra TV hogareña es parte del pasado y ya está en fase de extinción.
Estas condiciones se presentan como una revolución y una gran ventaja para el espectador si las comparamos con su rol anterior. Pero, con tanta disponibilidad de contenidos y la libertad de consultarlos cuando deseamos, corremos el riesgo de marearnos y/o no disfrutar lo que está ante nuestros ojos. Todos somos testigos de que el contenido “infinito” puede dar la sensación de ser escaso. Bibliotecas llenas de libros que jamás fueron consultados, videoclubes donde sólo se alquilan las películas más taquilleras. Tenemos muchísimo a mano y a veces no sabemos aprovecharlo. Como planteó Umberto Eco, la sobreabundancia de información puede ser tan grave como su ausencia.
Se suben ingentes cantidades de minutos de video por día en internet. Hay muchas más horas de cine producido que las que tenemos para vivir. Esto significa que tenemos una baja disponibilidad de tiempo frente a una oferta inmensa. Es fundamental, entonces, algún tipo de selección u orientación.
Qubit.tv es una moderna plataforma de entretenimiento VOD fundada en Argentina, para un público abierto a adoptar los cambios del nuevo escenario. Quienes trabajamos en la selección de contenidos nos planteamos el desafío constante –y renovado, y en mutación–de ofrecer un menú que sea valorado por el espectador. Con tanto contenido disponible la orientación se vuelve una demanda básica: en este nuevo escenario de VOD es fundamental tener a disposición aquello que es más conocido y publicitado, pero también –y cada vez más– todo aquello nuevo, o no tan nuevo pero que se pasó por alto, títulos valiosos que están ahí esperando ser descubiertos por espectadores que no estaban al tanto de su existencia.
La selección de películas brinda la oportunidad de ofrecer un menú reconocible, y también el desafío y la posibilidad de ampliar el horizonte de los espectadores. Es fundamental, en el armado de un catálogo de VOD, que la selección de contenidos también invite a los espectadores a descubrir nuevos géneros, nuevos directores que los sorprendan; que tome en cuenta las preferencias del espectador, pero que a la vez lo invite a ampliar sus gustos y su curiosidad por la variedad. Al pensar un catálogo es clave apostar a entradas diversas: a los éxitos entre los estrenos recientes, a lo reconocible, a lo que se ha convertido en obra de referencia, al material clásico y, cada vez más, a todo aquello que demuestre la amplitud y la variedad de lo que se produce en un escenario audiovisual tan cambiante como excitante.
*Crítico de cine, curador del catálogo de Qubit.tv