ESPECTACULOS
Cristina Banegas y Guillermo Angelelli

Clásicos griegos para crisis eternas

Estrenaron Edipo rey en el Cervantes y trazan un paralelo entre la obra de Sófocles y los problemas del presente. Lamentan la violencia actual.

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Base. Los artistas partieron de la taducción de Ure y Carnelli. | Grassi

Ya se estrenó Edipo rey, de Sófocles, en el Teatro Cervantes, y su directora, Cristina Banegas, junto a su protagonista, Guillermo Angelelli, relatan el proceso creativo y también entablan paralelismos entre Grecia y Argentina.

“La traducción primera –recuerda hoy Banegas– es de Alberto Ure y Elisa Carnelli, quienes también habían hecho la de Antígona, que presentamos en el San Martín. Este Edipo se estrenó en Rosario, con dirección de Rody Bertol, gran amigo de Ure. Pasaron muchos años y en un viaje que hice a la provincia le pedí que me diera el guion. Empecé a reunirme con Esteban Bieda hace más de un año, trabajamos con el texto griego y con traducciones argentinas además de la de Ure y Elisa”.

—Desde Freud, pasando por Lacan hasta Foucault, todos reflexionaron sobre Edipo: ¿cuál es la propuesta actual?

Banegas: Creo que es una tremenda lección de aprendizaje, del sufrimiento, de la búsqueda de la verdad y la identidad. Es la obra más perfecta que existe. Aquí Edipo es el detective de sí mismo y la trama extraordinaria que avanza hacia la verdad. En estos tiempos donde el poder es un gran pueblo y donde el pueblo también está apestado, hay muchas resignificaciones posibles. Esto nos impulsó a hacerla.

—¿Cómo se actúa sin anticipar el final cuando casi todos ya lo conocen?

Angelelli: En esta versión tenemos un prólogo que delata la historia. Todos sabrán el final. Deberemos mantener el suspenso y la fuerza dramática. Así y todo hay algo del mito que se conoce. La esencia del teatro es trabajar el presente, es estar en cada momento. Creo que Edipo quiere ver la verdad pero no puede verla, la niega porque no la sabe y cuando la ve, ya está ciego.

—¿Cuál debe ser el repertorio de un teatro oficial?

B: Creo que es muy buena la gestión actual. Se presentan trabajos, dramaturgias y actuaciones interesantes. Me parece que el teatro griego es el menos presente en nuestros escenarios. Tuve la suerte de hacer Antígona y Medea. Se ve que tengo un amor especial por estos textos, que tienen resignificaciones y siempre son actuales y futuros. Siento que los seres humanos no somos tan distintos a los de aquellos siglos, sigue habiendo egos, rivalidades, lucha de poderes.

—¿Qué los asusta de nuestra realidad?

A: En el mundo está ese poder ciego y somos unos pichones, hay más grandes. Me asustan de esta Argentina el presente y el futuro. Siento que perdemos la capacidad de diálogo, de escuchar, estamos cada vez más enajenados, con locura en la calle. No basta con robarle a alguien, sino que hay que matarlo. La violencia es cada vez más fuerte.

B: Es muy grave la situación actual, fundamentalmente en nuestro país, para no hablar del mundo. Personajes como Trump, gente desquiciada, que mete miedo. Son muy poderosos y pueden hacer mucho daño, sobre todo a países como el nuestro. Me da miedo el gobierno que tenemos, a veces me enfurece porque día a día asistimos al desmantelamiento de la salud, de la educación, casi un festival de perversión y locura. Recién vimos en la televisión “que si el mundo duda, el riesgo país sube”: es disparatado, si no fuera tan grave. Son tiempos difíciles y violentos. Trato de estar presente junto a las organizaciones de derechos humanos, que están muy golpeadas por el actual gobierno. Lucho por la ley del aborto y trato de salir a la calle cada vez que hay que salir, con miedo o sin miedo.

Lejos de la television, cerca de Eva

Tal vez el rostro de Guillermo Angelelli no resulte conocido porque no está presente en la televisión. “No creo que sea un medio para mí –confiesa–, hice solo una miniserie en 1983 con formato de cine. Soy de procesos lentos y grabar sería un infierno. El cine me gusta mucho sobre todo por los equipos técnicos, donde uno aprende mucho del oficio y de lo humano. Pero hace tiempo que no filmo ninguna película (N de R: XXY y El desierto negro, ambas de 2007). Desde que empecé con la escuela en Singapur se me hace difícil trabajar aquí, y lo lamento. Me voy desde hace seis años a un colegio intercultural de teatro. Me encanta la docencia. Es precioso ver cómo se le va revelando a cada uno lo que lleva adentro”. Integra un grupo teatral itinerante originado en el Odin Theatre de Dinamarca. “Este año con El puente de los vientos cumplimos treinta años de trabajo”.

Mientras, Cristina Banegas tendrá un mes de mayo signado por la figura de Eva Perón. “Integro el homenaje al cumplirse cien años de su nacimiento. Iré a varias universidades interpretando Eva Perón en la Hoguera de Leónidas Lamborghini, pero ya sin la puesta de Iris Scaccheri. El viernes 24 estaré en General Sarmiento. Hoy ya no podría hacer esas acciones extremas que ella había creado. Está por estrenarse –anticipa– la película Distancia de rescate, de la directora peruana Claudia Llosa (La teta asustada) para Netflix. Es una coproducción chilena-española y está Dolores Fonzi. También participé de la última película sobre el actual papa, donde a Bergoglio lo interpreta Jonathan Pryce y Anthony Hopkins hará de Benedicto XVI. Me tocó hacer de la secretaria de Bergoglio y filmé aquí. Me encanta el cine. Filmé Las hijas del fuego de Albertina Carri. Hace bastante que me retiré del formato tira diaria en la televisión”.