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Diego Torres: "Que el político no se embandere conmigo"

"Me parece que los artistas vamos más allá de la política". Su opinión sobre Mike Amigorena.

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| CEDOC

Cansado pero contento”, dice Diego Torres. Y así se lo percibe: cansado pero arrastrado, hasta tomar vuelo anímico (a lo barrilete cósmico), por lo que él define en camarines como “un momento donde se me juntaron las dos profesiones, actor y músico. Estoy muy feliz que haya pasado así. Para mí era todo un desafío volver a mi oficio de actor. Hacía mucho tiempo que estaba esperando una propuesta así (habla de Extraños en la noche), y encima preparando algo tan importante como es volver al Gran Rex. Vuelvo a la calle Corrientes”.

Diego Torres, el hijo de Lolita, el hijo de Lole Caccia, el que inundó de potencia un momento donde anímicamente nos habían contado hasta nueve con Color esperanza, el del MTV Unplugged, el del Golden Rocket, el novio de Débora Bello, el ícono del pop latino. Diego Torres vuelve al Gran Rex en ocho funciones (las del 13, 14, 15 y 16 de octubre agotadas, y se agregaron nuevas fechas los días 19, 21, 23 y 24 de octubre): “Los shows van a tener de todo. Mucho living. Porque el living es como un lugar donde se proyecta un poco tu hogar (al menos el mío, donde muchas cosas pasan por el living, la tertulia, la charla, los amigos). La banda, amigos, colegas, todos van a pasar por los shows del Gran Rex.” Los shows serán parte del Entre nosotros tour con el que Diego Torres confirma lo que piensa: “El público es un fiel testigo de lo que vos vas haciendo. Vamos creciendo juntos después de tantos años. El camino en la música se va haciendo andando: no reniego de nada. Es más, al contrario: reparo en los errores para aprender de eso. Cuando te ven crecer, dar tus pasos, ven tu trabajo. Y a mí me pasa con los artistas que escuché toda mi vida: no me importa la canción que suena en la radio, si saco un disco nuevo lo compro.”

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—Pasaron diez años desde “Color esperanza”, ¿en qué cambiaste en ese tiempo?

—Por un lado, sigo siendo la misma persona pero con todo eso que me ha pasado y sucedido encima. Por empezar: muchos kilómetros, muchas experiencias, muchas aventuras, muchos desafíos. Y uno va aprendiendo. Lo que pasó desde esos años hasta acá ha sido un proceso de aprendizaje, aquello que pasó no lo teníamos ni pensado. Cuando pasa algo tan profundo y fuerte con una canción, hay que disfrutarlo. No hay que volverse loco.

—Pero hubo un momento donde tuviste que parar.

—Fue en 2008, 2009, un retiro voluntario. Un proceso de cambio. Cambié de compañía, empecé a escribir nuevos temas. En el aspecto personal, aparecieron los problemas de salud de mi viejo, su ACV, sus operaciones, un montón de cosas que me dejaban sin energía para salir. Sentí realmente un momento en el que necesitaba parar, estar con mi viejo, con mi familia, un momento de mucha vulnerabilidad. Yo soy de los que piensan que el escenario es como un ring: si no estás muy entero, no conviene que te subas.

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