Divididos le dio un cierre enérgico al Pepsi Music y reeditó, una vez más, el fanatismo de sus seguidores, a pesar de que la banda no edita desde hace cinco años ningún cd de estudio nuevo.
Pero antes, la noche tenía bien guardada una sorpresa para las 15 mil personas que se reunieron en el Club Ciudad de Buenos Aires y fue la aparición en el escenario de Catupecu Machu, que ofreció cinco canciones antes del show de Los Tipitos.
Con un aire pesado y el piso del estadio embarrado por las últimas lluvias, la tribu rockera que dio el presente pudo disfrutar de los shows gracias a San Pedro, que se apiadó y permitió que la última noche del Pepsi se realizara sin ningún chaparrón.
Un rato antes del inicio del show del trío de Hurlingham, los Catupecu Machu, con su nuevo bajista Sebastián Cáceres, ofrecieron la sorpresa de la noche al subir inesperadamente al escenario. Cinco temas ofreció el grupo como señal de que a Gabriel Ruiz Díaz, quien continúa internado tras un terrible accidente automovilístico, hay que ayudarlo con la celebración de su música y no con duelos lacrimógenos y sepulcrales.
De hecho, Catupecu Machu, ya tiene listo un nuevo disco, el cd doble "Laberitos entre Aristas y Dialectos", que saldrá a la venta el 9 de octubre y se presentará el 7 y 8 de diciembre en el teatro Gran rex.
Con su tradicional energía, Fernando Ruiz Díaz, Macabre en teclados y Herrlein en batería abrieron con "Magia veneno" y para "Plan B: Anhelo de satisfacción" se sumó su autor, Wallas de Massacre, que luciendo una remera de Britney Spears le puso garra a la noche. Luego el Mono y Mikael de Kapanga se quedaron para agitar en "Y lo que quiero es que pises sin el suelo" y "Dale".
Diez minutos después Los Tipitos presentaron parte de su nuevo disco "Tan real" que los muestra en crecimiento y acercándose a esos músicos que siempre andan el la búsqueda de la "canción perfecta", como Andrés Calamaro, Vicentico, Fito Páez, Estelares y Jorge Serrano.
Desde "Armando camaleón", el cuarteto integrado por Federico Bugallo en bajo y coros, Pablo Tévez, en batería y coros; Raúl Rufino: guitarras y voz, y Walter Piancioli: teclados, guitarra y voz, viene recorriendo la senda del buen rock local. Así sonaron canciones como "Algo", "Búsquenla", la gema "Flor negra" y su ADN quedó expuesto cuando tocaron "Mil horas", cover de los Abuelos de La Nada, y "Te vas" para el que invitaron al Negro García López a tocar la guitarra y a Claudio O'Connor a cantar con ellos.
Ricardo Mollo, Diego Arnedo y Catriel Ciavarella, se subieron al escenario a las 21.20 y sin mediar palabras, más que un agradecimiento de Mollo a San Pedro, el trío abrió con una versión oscura de “Estrellando desde el océano” de Sumo.
Mollo y Arrendó armaron una muy buena lista de temas para evitar las repeticiones incluyó los clásicos de Sumo en el medio del set y no para el cierre tradicional.
"El arriero", "Salir a asustar", "Casi estatua", ratificaron la fidelidad que mantiene el público con la banda, pero que sobre todo, cuando sonó “El 38", acompañó con un pogo, del que prácticamente nadie pudo ser ajeno.
Ante de tocar "La Mosca porteña" del primer cd "40 dibujos ahí en el piso", Mollo contó que en esa época, “en 1988 había muy poca gente y muy poca guita, los teléfonos nunca sonaban” y que entonces fue un momento propicio para “ponerse a componer", algo que sus fanáticos piden que vuelva a suceder.
Las modificaciones en la lista incluyeron las canciones "Ay que Dios boludo" y "Brillo triste de un canchero".
En el enganche de "La mosca porteña" y "Vodoo Chile", Catriel demostró que se debe poner fin a las dudas sobre su permanencia en el trío, ya que hay motivos suficientes para que su futuro siga ligado a Mollo y Arnedo.
Tras un tramo caliente, Mollo se sentó, tomó un guitarrón Ephiphone y desgranó "Brillo triste de un canchero", "Como un cuento" y "Spaghetti del rock", un segmento en el que Divididos le recordó a todos los presentes que son una banda plagada de sutilezas, que se hacen carne en las preciosas baladas, que lograron sosegar un poco al público caliente de Divididos.
Mollo tampoco se olvidó de que estamos en un año electoral y recomendó a su público que se cuiden de los "mascarones" y que sigan "creyendo en ustedes".
Luego vino un caliente cover de "Mula plateada" de Sumo, una versión de "Sábado" en la que Arnedo y sus dedos mágicos cambiaron la melodía y luego le dio un toque funky a lo Flea a una versión de "La rubia tarada".
Para el cierre, el pogo cobró vida con "Cielito Lindo", "Nextweek", de Sumo, y "Ala Delta".
Fuente: Télam