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El final del súper imperio

Marvel definió un nuevo Hollywood en la década pasada. Hoy sin su nombre más enorme detrás de la máscara y apostando a otras franquicias, como Eternals, la pregunta vale miles de millones de dólares: ¿resiste el imperio de Disney y Kevin Feige otros diez años refundando la cultura mainstream? ¿Continuará el fenómeno?.

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Marvel. La compañía que cambió para siempre a Hollywood es una franquicia de miles de millones de dólares en el imperio Disney. Pero la nueva década presenta una gran duda: ¿llega la caída del superéxito? | cedoc

De un negocio próspero de La Meca, que ahorraba hasta el más mínimo centavo en el estreno en el 2008 de Iron Man, a ser el brazo duro del imperio Disney, hoy más grande que nunca, los superhéroes de Marvel recorrieron el más azaroso y exitoso de los caminos en Hollywood.

En tan solo 23 películas, la casa que construyeron Stan Lee, Jack Kirby y Steve Ditko, entre otros, se convirtió en una próspera hazaña de la pantalla grande: una facturación global de casi 18 mil millones de dólares en diez años (un récord nunca antes visto), la película más taquillera de la historia (Avengers:Endgame), la creación de un star-system a su voluntad (desde el reciclaje de Robert Downey Jr. al descubrimiento de Chris Hemsworth, Chris Evans o Chadwick Boseman) y la construcción (basada en ochenta años de cómics) de un universo lúdico más cercano a un súper serial donde sí o sí hay que ver cada pieza de un relato global que al parque temático que tanto enoja a Martin Scorsese. El cine XL es, quiérase o no, Marvel. ¿Seguirá así en la próxima década? ¿El modelo que Marvel alteró tendrá una nueva mutación que cambie la mirada a otro universo lúdico o lo vuelva otra vez a los autores, al film caro, pero de autor? ¿Hay vida para Marvel después de Marvel?

Todos miden los pasos, cada fraseo, noticias apenas espetadas y hasta vale decir que cada palabra de Kevin Feige, el mandamás creativo de la compañía. Feige desata histeria masiva (como el reciente anuncio del primer personaje Lgtbiq en sus films). Y eso deja en claro el lugar que Marvel ocupa hoy en la cultura general. La reciente compra de Fox por parte de Disney solo agiganta sus juguetes posibles de convertir en marketing, ya que ahora posee casi completo (con la supuesta compra de Hulk solita que se dio esta semana) todos los personajes de la Casa de las Ideas. Y 2020 tendrá el segundo film del estudio con un protagonista mujer, el 30 de abril con Black Widow (con Scarlet Johansson), y el 5 de noviembre llegará Eternals, el intento de Marvel de volver al espacio de la mano de otros personajes creados por Kirby. Entonces, ¿por qué dudar del futuro de una empresa que posee films y series para la plataforma Disney+hasta el 2025 como mínimo?

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Nada parece frenar a Disney, que se acaba de quedar con el 80% de la taquilla de Estados Unidos del 2019, apenas menos del 50 % en nuestro país (donde generó la película más vista de nuestra historia con el estreno de Toy Story 4). Pero varios factores atentan con el imperio M, mucho más allá de la mera regla de oro del show business de “todo lo que sube, tiene que caer”. Marvel es hoy un gigante del merchandising, que se ha expendido a los parques del Tío Walt y representa ganancias que triplican lo que logra en las salas (41 mil millones de dólares). La maquinaria Disney, entonces, necesita que Marvel siga funcionando, sea noticia, y continúe siendo su superpoder más inesperado. ¿Es eso una realidad posible o estamos frente al primer año del fin de Marvel tal como lo conocemos? Aquí van diez ideas para pensar el fenómeno y resquebrajamientos del mismo de cara a una nueva década.  

 

1 ¿Dónde están mis celebridades?

OK, todavía hay celebridades. Eso sí. Pero Marvel vivió un milagro: Robert Downey Jr. era Tony Stark, el álter ego bon vivant de Iron Man en la vida real. Tirado en la papelera de reciclaje de Hollywood, RDJR se hizo franquicia al vestirse de robot con conciencia. El resultado de ese combo fue la piedra basal del imperio Marvel. Hoy, sin RDJR, sin Chris “Capitán América” Evans, con un poquito más de Scarlett, se han perdido los nombres que garantizaban la taquilla. Siempre hubo ignotos y famosos, seguro, y siguió el éxito. Pero el gran desafío es saber sin RDJR en el horizonte si fue un big bang o su presencia era clave en Marvel.

2 El primer fracaso

Marvel todavía tiene una materia pendiente: enfrentar un fracaso en la taquilla. Logró éxito con franquicias clase C como Ant-Man o Guardianes de la Galaxia. Ahora se anima con Eternals, franquicia clase D, y un film solista de Black Widow (que se rumorea, para probar el punto 1, tendrá a RDJR). ¿Qué pasa cuando el jenga de estrenos pautados hasta 2025 se de su primer e inevitable porrazo? Black Widow es entonces el paso clave: una historia de un personaje ya popular, pero ubicada en el pasado sin, por ahora, referencia al famoso marco general de un relato macro que hay que ver sí o sí. La gran prueba del estudio será en abril.

3 Diversidad 101

Con Pantera Negra, su joya de la corona (gracias a su nominación al Oscar como Mejor Película) y con Capitana Marvel, Marvel volcó parte de su maquinaria a la reclamada (sobre todo a ellos: veinte películas sin una protagonista mujer) diversidad. Su nueva Fase, la forma en que llama el estudio a un grupo de films vinculados entre sí, ya anunció un personaje trans, uno oriental (Shang Chi), una Thor mujer y más protagónicos femeninos. ¿Podría ser la diversidad, tan torpe en ejecución, la que convierta a Marvel en, sí, relatos más amables con el planeta, pero menos exitosos en la taquilla, qué pasa cuando la diversidad es regla y no excepción en los mercados?

4 La guerra del streaming

Disney + a la carga: si Marvel es el arma más poderosa de la compañía, entonces ¿qué duda cabe que el gigante de las orejas de ratón la usará en la actual guerra donde los contenidos funcionan como “anzuelos de usuarios”? Ya se anunciaron dos series para 2020: WandaVision y Falcon & The Winter Soldier. Y se anunció que hay que verlas sí o sí (por ese asunto del entramado lúdico, claro). Esa jugada podría ser contraproducente: lo que antes era opción, ahora se vuelve obligación monetaria y el alcance de los contenidos en plataformas no llegan a números de la taquilla de cine. ¿Suscripción anual mata a los Avengers?

5 El factor Scorsese

Si algo demostraron los últimos Golden Globe es que Hollywood, cuando quiere, manda un mensaje mafioso. ¿Cuál fue en aquellos premios? Netflix no pasarás. Pero el grito del no premiado Scorsese contra la máquina Marvel y su revolución industrial quedó en el aire. Netflix apuesta fuerte al autor. Y gana. No premios, pero sí espalda. Si esa jugada sigue dando prestigio ¿cómo replica Marvel esa libertad y se zafa de su rol de grillete que solo adoran los infantes (esos que tendrán ya mayoría de edad al final de la década? En su afán todo-lo-vende, Marvel se ha convertido en un gigante que algunos consideran el Goliath de la industria.

6 El chasquido

Cuando Thanos chasqueó sus dedos al final de Avengers: Infinity War, el mundo se quedó boquiabierto. Sea Scorsese o el fan Kevin Smith era imposible negar el hecho que un tanque camuflado de ATP implicará una aniquilación de personajes adorados fue algo nuevo. Seguro, después esas muertes importaron poco y nada. ¿Pero... cómo logra Marvel un golpe de efecto tan considerable después de un espectáculo enorme, faraónico, operístico como fue ese final? ¿Podrán los nuevos personajes lograr una conexión tan clave con el público como para que importe su suerte, la de su galaxia y, fundamentalmente, sus ventas?

7 La mamushka de géneros 

Cuando estrenó Guardianes de la Galaxia, Marvel hizo trampa: estaba haciendo una ópera espacial con juguetes que nadie se imaginaba estaban articulados para ser un negocio. Es cierto: los superhéroes, además de ser su propio género, funcionan como un anabolizado Caballo de Troya de otros géneros (Capitán América y la película de espías, por ejemplo). Pero Marvel parece apuntar más que nunca al género dentro del género: la de karate (Shang-Chi), la de terror (la secuela de Doctor Strange) y así la lista. ¿La duda es: podría ser esa una jugada torpe, confiada de más, que conlleve a un volantazo en los futuros planes?

8 Adiós, Infinito

Con Infinity War y Endgame Marvel llegó a su propia Capilla Sixtina de la exageración: su techo y su obra maestra compuesta por más de veinte personajes en pantalla y más de veinte películas que confluían en dos largos que componían un gran final y, más importante, que se vendió (y mucho)como tal. Ahora, con aquella novedad, el relato tamiz que todo lo contiene y donde todos juegan, que era algo no visto, convertido en expectativa: ¿cómo convive Marvel con esa presión? ¿Pero, qué pasa cuando el público espera sí o sí el megaevento? Marvel suele saber lo que hace, pero el público es el supervillano más inesperado.

9 La broma asesina

Joker. Guasón. La sorpresa del año fue una versión no apta para menores de edad del némesis de Batman menos esperada: realista, psiquiátrica, hiperviolenta y con Joaquin Phoenix, que ganó el Globo de Oro por su papel. La reciente nominación a los Bafta al film lo paran muy bien de cara al Oscar. Guasón fue la reacción al cine súper de Marvel, a la queja por su supuesto infantilismo. Ahora, como nunca antes, hay dos modelos: DC, dueña de Guasón, adulto, canchero, vanguardia, y Marvel cajita feliz, pochoclo. ¿Qué pasa si DC con su nuevo film de Batman y sus planes se convierte en la protagonista en calzas de la nueva década?

10 La súper gallina

El eterno dilema: ¿qué muere primero la gallina o sus huevos de oro? Marvel puede resistir y seguramente tiene planes A, B y C para varios de estos dilemas. Quizás alteró para siempre al mundo y vivirá entre nosotros como sus cómics lo hicieron durante ochenta años, en mayor o menor escala. Pero, otro quizás más frecuente en Hollywood, la saturación que implica sus futuras dos o tres películas al año, dos o tres series al año lleva a una simple saturación por acumulación. Por ahora, eso está lejos de la cuestión. ¿Pero qué sucede cuando Disney haga enojar a sus fans? ¿Cómo filmará el estudio familiar films no ATP como Deadpool?