Durante esta temporada, Martín Bossi está despidiéndose de su último espectáculo: Bossi Comedy Tour y lo hace en el teatro Mar del Plata, de dicha ciudad. Fueron tres meses de gira, como él mismo recuerda: “Empecé en Lomas de Zamora, arranqué por donde se inició mi vida. Volví a la actividad desde el teatro Coliseo. Es el espectáculo que tuve necesidad de hacer”.
Desde principios del 2000 se fueron sucediendo sus estrenos, varios de ellos los presentó en Mar del Plata. Otros tuvieron continuidad en ámbitos pequeños como El Impostor (2008/2009). Pero como él mismo reconoce hay una serie de espectáculos que tienen su apellido en el título como fueron: Bossi Big Bang Show (2014), Martín Bossi Master Show (2018) y este último, Bossi comedy tour.
Nunca olvida su pasión por los deportes, aunque sorprende que tenga una foto junto a Manu Ginóbili, ex jugador y leyenda del básquet, en vez de un alguien del mundo del tenis, que fue su primera pasión. Confiesa: “Cuando estuve en los Estados Unidos pude verlo en su despedida y además conversé con él. Es un jugador y una persona admirable, por eso quise subir esta imagen”. En esta charla no olvida el agradecimiento a Marcelo Tinelli por abrirle las puertas de la popularidad y analiza cuál es su relación con la televisión. (Ver Recuadro)
—¿Cómo definirías a Bossi Comedy Tour?
—Es un espectáculo construido para el reencuentro y para este momento. Lo estrené en septiembre del 2021 pensando en la reapertura. Creí que iba a tener que cambiarlo y estamos casi igual. Tiene que ver con una catarsis colectiva, con un festejo de poder estar libres, cerca y abrazarnos simbólicamente, todo con humor, música, stand up, monólogos, comicidad y canciones con forma de imitación. Todo lo que hace un showman o entretenedor en una hora y cuarenta puesto al servicio de un espectáculo. El humor es tragedia más tiempo. Descomprimo la realidad. Todos mis espectáculos son críticos hacia la vida y el mundo: no soy liviano. No los construyo para que la gente se ría, pero es tan dramática mi forma de contarlos que ahí se transforma en comedia.
—Anticipaste que no tiene actualidad política sino social y mundial: ¿es así?
—Para hablar de política no hace falta hablar de políticos ni de partidos, pero ya al decir que no nos pueden digitalizar el corazón y que la vida es presencial estás haciendo política. Si hablamos de la música y mostrás la evolución es una manera de hacer política. No cuento chistes. El público se ríe porque se reconoce. El show comienza contando lo que hice durante el encierro.
“Todos mis espectáculos son críticos hacia la vida y el mundo: no soy liviano.”
—¿Hay quince canciones donde imitás?
—No es fácil explicar. En este país no estamos muy acostumbrados al show americano donde un tipo de smoking actúa. Es más frecuente ver una comedia musical, un vodevil o al imitador. Hay canciones que sólo interpreto segundos, otras más profundas que las canto entero, también cumbias del pasado y del presente. Es muy difícil anticipar cómo es el espectáculo desde lo musical.
—Dijiste que sentías que se había perdido el sentido del humor en la Argentina: ¿lo seguís creyendo?
—Si. El nivel de agresividad, de falta de tolerancia y del sentido del humor se perdió totalmente, en este país. Lo veo en la calle. No se perdió el humor, aunque en este contexto es difícil tenerlo. En líneas generales se diluyó y esto fue antes de la pandemia. Lo festivo, la celebración del barrio que se palpaba en los ochenta ya no existe. Tendríamos que hablar de cómo la tecnología influyó para generar más individualismo. Lo que produjo el Instagram o el Tik Tok, quienes crearon más superficialidad. Al ser humano lo llevás a ser superficial y es un imbécil, si lo hacés intelectual existe un Borges o un Cortázar: hoy estamos muy lejos de verlos porque los llevaron a un autismo mediático.
—¿Por qué creés que los monólogos de Tato Bores siguen vigentes?
—Él hablaba de política social y en el mundo sigue siendo lo mismo, ya que está al mando de los seres humanos que no se hicieron ni más honestos, ni más inteligentes, sino que en un punto fueron deteriorándose en todo sentido. Creo que van a estar vigentes de por vida.
—Confesaste que buscabas “ser y no parecer”: ¿por qué?
—La mímesis -mal llamada imitación- la utilicé hace veinte años para llamar la atención, cuando era un adolescente que quería que lo miren. Hacía parodias. Me burlaba de las exageraciones de un personaje. La gente decía: “mirá cómo se parece”. Con los años empecé a evolucionar y ahí hice homenajes, quise que vieran a los protagonistas pero a través mío. Entré en la composición y fusionar en los espectáculos el stand-up, el juego con la gente, el sacarme las máscaras y empezar a hacer humor con mi cara y desde mi alma. Hace un tiempo mi director y co autor de este espectáculo –Emilio Tamer- me dijo: “¿no te das cuenta que te aplauden por no ser vos?”. En ese momento empecé a cambiar. Sentí que si uno no es, serás fácilmente olvidado. Los grandes como Tato, Olmedo o Francella, son recordados por ser ellos mismos, aunque componían personajes, no se parecían. Esta nueva etapa me permitió hacer una película con Graciela Borges (Viudas) o una comedia musical como Kinky Boots. Ahí empecé a ser.
—A partir de Kinky Boots con la que volverás en marzo:¿te transformaste en un actor de comedias musicales?
—La música es parte de mi vida, pero no creo que haga sólo comedias musicales. Kinky Boots fue la primera vez en mi vida en que hice un espectáculo teatral que no tiene que ver con mi nombre, siempre fui muy autorreferencial. Kinky es un canto a la vida y la Argentina se lo merece.
—El año pasado debiste suspender tu gira en Uruguay: ¿fue grave?
—La información se tergiversa…en un momento hubo hasta cadena de oraciones y mi mamá estaba vestida de negro. Desde muy chico, a partir de septiembre soy alérgico al polen. El cansancio e ir de ciudad a ciudad hicieron que cuando llegué Paysandú estaba desgastado. Entre la alergia y mi estado no quise desilusionar a la gente. Nunca lo había hecho, pero por respeto, devolvimos el dinero y me fui a mi casa. A veces pasa…soy un ser humano y me puedo enfermar.
“El show tiene que ver con una catarsis colectiva, con un festejo del estar libres.”
—¿Te marcó estar en Miami en junio de 2021 cuando hubo el derrumbe del que se salvaron Nicolás Vázquez y Gimena Accardi?
— Estuvimos cenando juntos con Nicolás Vázquez y Gimena Accardi, llegaron más tarde de lo previsto a su alojamiento porque nos quedamos charlando. Esa circunstancia hizo que se salvaran. Fueron segundos. Dios es el autor y director de esta obra aunque el final no está muy bueno…todos sabemos cómo termina para cada uno. Lo que pasó en Miami fue solo recordármelo, pero desde los siete años conozco a la muerte.
“Yo ya estoy condenado por amor”
“Yo ya estoy condenado por amor”, afirma Martín Bossi, cuando se le pregunta si viviría en algún otro país. “Podría ir a trabajar a otro lugar, pero no me puedo desarraigar a mis cuarenta y siete años. Arrancar de nuevo: no. No creo en las fronteras, pero nací en este barrio que es Argentina…si me roban en una esquina, prefiero que sea aquí.”
Cuando se le pregunta por sus imitaciones afirma: “Creo que en este país hay fácilmente treinta o cuarenta imitadores mejores que yo. Incluso en mi familia mi hermana y mi papá (que en paz descanse) son excelentes. Lo que me diferencia es que soy un sugestionador, un ilusionista, que te hago creer que imito”.
Confiesa: “La televisión me encanta, me dio todas las posibilidades para darme a conocer. También me dio los mejores amigos, pero desde el 2009 que me fui del programa de Marcelo (Tinelli) reconozco que me ha esquivado. Nunca me llegó un proyecto. No estoy en el radar de la gente que trabaja ahí. Soy de autogestión. Tal vez sea una incapacidad mía”.
Anticipa: “Nunca pude elegir demasiado lo audiovisual. Lo venía buscando hace mucho”. Aunque no puede aún contar
sobre la serie dirá: “Es una de las tres plataformas internacionales más importantes. Están trabajando en este proyecto hace dos años. Voy a firmar una serie de siete capítulos, donde cada uno empieza y termina. Son historias de amor, abordadas en diferentes estratos sociales y con elencos diferentes. Será un gran desafío. Además se está gestando una película y tiene que ver con el tenis. Veremos si todo se puede dar”.