Soy una mujer” canta Maisie Williams mientras entra a la habitación. Es pura energía, alegría, confianza en sí misma. Detrás, sonriendo, entra su mejor amiga, Sophie Turner. Maisie es Arya Stark y Sophie, Samsa Stark en Game of Thrones, el evento del año en la cultura pop, la serie que comienza su temporada final el 14 de abril por HBO y que tendrá en vilo al planeta entero. Y la serie que hizo de Williams y Turner dos superestrellas de apenas veinte años (21 Williams y 23 Turner) y mejores amigas, que se tatuaron el día que fueron elegidas para sus roles en el brazo, que bromean en el set, que se hacen consultas de trabajo, que combinan vestidos para alfombras rojas y que, según ellas, “compartimos algo que ninguna salvo nosotras dos conocemos: crecer en un éxito descomunal que ha generado una nueva luz sobre ser mujer y, por ello (no a pesar de ello), ser la serie más cool del mundo”. La nueva temporada encuentra a sus Stark reunidos y eso implica que ellas volvieron a filmar juntas después de mucho tiempo. Maisie se ríe: “No nos dejaban trabajar juntas”. Sophie sigue: “Nos reíamos mucho. Y Game of Thrones es taaaan serio”. Maisie: “No podés meter ni una pequeña broma, ni un algo, todo es serio y denso. Nuestro director estaba muy agotado con nosotras, ya sufría cuando veía que tenía filmar con nosotras. Pero nosotras nos adoramos, nos cuidamos y nos protegemos”.
—Crecieron en “Game of Thrones”, tienen tatuado el día en que las eligieron para sus roles, y han hablado una y otra vez sobre David Benioff y D.B. Weiss como sus tíos. ¿Cómo viven el final y sobre todo qué pasa después?
TURNER: Una mezcla muy presente tanto de nervios como de excitación. Creo que hay un nervio, un miedo natural, a ver el show finalizar. Los rodajes terminaron hace meses, pero aun así, ahora saber tan cercano el final, que realmente se acabe, para todo el mundo genera algo. Estamos perdiendo nuestra red de contención, que al mismo tiempo fue, para nosotras dos, nuestro hogar, nuestra escuela en muchas cosas. Y lo fue durante diez años. Y dejar un personaje que fue tan bueno para mí, para mi carrera, para que exista mi carrera, es algo que te deja un vacío enorme. Pero también es muy liberador. Te genera una libertad que no conocíamos hasta ahora.
—Todos los actores pegaron un salto a la fama pero para ustedes, como decías, fue también el lugar donde crecieron, ¿qué implica eso en sus vidas?
WILLIAMS: Me hizo cuestionar todo. Todo lo que otros daban por sentado. Esas mujeres que leíamos, que veíamos en el set, nos ayudaron a dar por sentadas cosas que no se daban tan por sentadas en el mundo. Dejé la escuela joven, pero en términos de lo que aprendí en la vida, en las calles, en los sets, todos en el set me ayudaron a ser la persona que soy. Tantos nombres, tanta gente, todos lo que estaban detrás de cámara nos cuidaban y contaban su historia de vida, nos enseñaban. Generamos amistades, sin importar de dónde vengamos, o nuestra edad, y eso fue algo que nos ayudó realmente a ser quienes somos.
—¿Empezar con algo así, tan grande, ¿qué implica para ustedes? ¿Cómo se lidia con la ambición y al mismo tiempo con los límites que a veces todavía se imponen a las mujeres en Hollywood?
T: Realmente el show logró derribar bastante de eso. Y sí, fue grande y fue un lujo hacer GOT. Este show tiene los mejores escritores, directores. Fuimos malcriadas. Realmente creo eso. Me pasó de ir a otros sets, de firmar para hacer películas pensando que todo era como en el set de GOT y de repente sentir que algo estaba fuera de lugar. Era distinto. Que nuestro primer proyecto sea uno que buscó intencionalmente empoderar a las mujeres de una forma tan potente es algo increíble. Hoy es difícil encontrar algo así. Está mejorando, sí. Pero de ahí a encontrar algo así hay una distancia. Es fácil encontrar roles cuando tenés de 15 a 22 años, pero son determinados tipos de roles. Otros roles, con esta profundidad, a esta edad, son muy difíciles de encontrar. Cersei, Daenerys, todos son personajes femeninos increíbles. Y ahora sabemos que si no podemos encontrar ese rol que necesitamos, lo podemos crear, producir y escribir nosotras.
—¿Cómo fue el día después de filmar el final?
T: Apenas terminé, al otro día me llama mi agente. “Bueno, entonces, ¿qué hacemos? ¿qué querés ahora?”. Quería un recreo y todavía lo estoy disfrutando.
W: Aprender a tener veinte años en el mundo. Eso queremos ahora.
T: Suena gracioso, pero ni sabemos cuáles son nuestros hobbies. No tuvimos ni ese tiempo. Nos sentimos muy experimentadas, seguro, pero al mismo tiempo sabemos que no conocemos el mundo tanto como nos gustaría.
W: Terminar el show se sintió como terminar una carrera universitaria. De verdad. Como salir de algo hermoso pero que al mismo tiempo generó un mundo, una contención.
T: Yo por alguna razón tengo un deseo incontrolable de ser una mujer policía. Realmente, eh. Es saludable para nosotros vivir una vida por fuera de esa que acabábamos de tener. No queremos ser los niños actores que viven en una burbuja y terminan mal. Quiero vivir normal para poder tener una experiencia de vida.
W: No hay punto en amar lo que hacemos si eso nos aleja de una vida normal por fuera de una carrera con suerte.
—¿Por qué creen que se puede caer, como dicen, en “la maldición del niño actor”?
W: Lo que fue bueno para nosotras es cuánto nos cuidaron desde el show. Siempre nos enseñaron que el mundo era más hostil, peligroso incluso, y lo hicieron con cariño, sin subestimarnos, cuidando cada una de nuestras etapas. La industria tiene mucho que modificar todavía, pero en términos de mujeres protegiendo a mujeres, de situaciones expuestas, siento que eso empieza a cerrar la herida, pero falta mucho. Pero la próxima generación ya nacerá en un mundo con un movimiento de #MeToo. Eso hará toda la diferencia que el mundo necesita.
T: David y Dan fueron dos figuras paternas muy importantes. Nuestros tíos. Nos criaron desde el vamos y desde el principio nos dijeron que había maldad en esta industria.
Se rodaron varios finales de ‘GOT’
A la hora de los souvenirs del set, Maisie Williams confiesa que se ha llevado varias monedas Valar Morghulis y Sophie Turner, que se llevó “un ítem pequeño que es un enorme spoiler de la temporada 8”. Pero lo cierto es que poco y nada se sabe de la temporada 8 de Game of Thrones, que llega a las pantallas el 14 de abril por HBO: serán seis episodios cuyas duraciones serán de: EP01, 54 minutos; EP02, 58’; EP03, 82’; EP04, 78’; EP05, 80’ y EP06, 80’. La Batalla de Winterfeld tendrá la mayor cantidad de personajes GOT en una misma escena desde la S01 y será la batalla más larga filmada en una ficción. Se sabe que personajes principales mueren en esa batalla, que tardó 11 semanas en ser filmada, que habrá más batallas (solo miembros del equipo con una placa que decía “Episodio 6” podían entrar al set de esas escenas), se ha filtrado que hay personajes en el episodio final que no todos esperan que estén ahí. También se han filmado múltiples finales, tal como aseguró Casey Bloys, presidente de Programación de HBO, para que no se filtre cuál es el verdadero desenlace. Es decir: ni los actores saben cuál es el final de la saga creada por George R.R. Martin (y hasta había líneas de diálogo que los actores recibían por micrófono en sus oídos, para que no se filtraran los guiones) y de la cual cada episodio costó 15 millones de dólares. El último fue dirigido por los showrunners David Benioff y Dan Weiss.
*Desde Londres, invitado por HBO.