Hubo una época en la que Ethan Hawke y Uma Thurman eran felices; juntos. Tenían dos hijos y dos carreras promisorias. Uma, que ya había dejado años atrás su carrera como modelo, consegruía papeles secundarios, pero interesantes. Él, protagonizaba películas que no aspiraban al éxito, pero cosechaban buenas críticas. Todo comenzó a desmoronarse a medida que la lánguida rubia cobró popularidad.
Hawke y Thurman estuvieron casados desde 1998 hasta 2004. Tres años después de la separación definitiva, el actor salió a dar su versión de la ruptura. " Mi ego quedó destrozado por esa relación", confió, todavía dolido.
" Es injusto que mientras la carrera de uno de los miembros de la pareja está despuntado, la otra va más despacio", se lamentó Hawke.
La asimetría en sus carreras fue, entonces, determinante: " Lo que pasa es que la persona con la que compartís tu vida no está en tu misma frecuencia y no puede compartir tu estado de ánimo".
El actor, puso un ejemplo contundente: " Uno quiere compadecerse de sí mismo, pero llegan los Gobo de Oro y entonces, estás frente a una gran disyuntiva: ¿acompañás a tu pareja? ¿Te quedás en tu casa para que los medios no pienses que estás celoso?"
El problema, parece, es que a medida que ascendía en los escalafones de la fama, Uma iba descuidando a su familia. " Hay que respetar cierto equilibrio en la vida: si una pareja jamás está junta, es imposible formar una familia", evaluó el actor, y recordó que " Joanne Woodward dejó su carrera cuando se casó con Paul Newman".