Rich Moore es un nombre con linaje animado. Fue uno de los directores de esas primeras temporadas de Los Simpsons que definieron la sensibilidad y los modos de la comedia de toda una generación. Hoy, Moore ha devenido parte del cerebro creativo de Pixar y Disney, comandado por John Lasseter (papá de la animación moderna en Estados Unidos), lo ha elegido para sus más recientes películas no “aprincesadas”. En Wreck It Ralph!, que metía el dilema del héroe en un villano de videogame, Moore mostraba a Disney en modos de animación y diseño digitales (y con base real) que habían sido propiedad exclusiva de Pixar hasta ese momento. Hoy, la recién estrenada Zootopia lo tiene como director junto con Byron Howard. Desde el otro lado del teléfono Moore se ríe al recordar Argentina: “Recuerdo mi visita al Festival de Cine de Mar del Plata. Fue un viaje muy divertido. Me acuerdo de que insistía en cuanto Mar del Plata me recuerda a Los Angeles, una versión distinta de Los Angeles, pero aun así con ciertas similitudes. Nadie me daba la razón.”
—En “Zootopia” se muestra una metrópolis diseñada en un mundo donde los seres humanos nunca existieron y los animales ocupan su lugar en la escala evolutiva y pensante. La animación llega a puntos excelsos, como los pelos moviéndose con el viento. ¿Qué tipo de relatos van a aparecer cuando lleguemos a un nivel tan específico y detallado de la animación?
—Es una buena duda. A veces, mientras avanzamos en la animación, no nos damos cuenta del lugar al que hemos llegado. Zootopia ha desarrollado programas que permiten ese movimiento de los pelos que mencionás frente al viento o sombras en extremo realistas. Es algo técnico, seguro, pero que cualquiera que vea la película notará, incluso aunque no se detenga en ello o no le sea importante. Ayuda al total de la película.
—¿Creés que hoy nos quedamos mucho en la técnica y no en los relatos?
—¿Vos me preguntás si las películas de animación son posibles porque a veces no aparecen más naturalmente otras ideas en las películas de animación? La técnica ha llegado a un punto excepcional, y muchos films son maravillosos en ese sentido. Pero siempre la animación depende del relato, y las mejoras técnicas sólo implican poder hacer nuevas cosas. Por eso, aunque podamos crear cualquier cosa en una computadora, lo importante siguen siendo los personajes. Suena a cliché, pero creo que es algo que puede notarse al pensar en los films más exitosos de los últimos años.
—La película habla de la aceptación del otro, pero lo hace en un momento donde la violencia interracial en Estados Unidos es muy fuerte. ¿Sirve cuando se habla de algo así a niños?
—Hago películas que apelan a niños, adultos y todo lo que hay en el medio. Si la hiciera para un solo público, entonces limitaría el film. Ese mensaje del film viene pensado hace años, como la película, pero sí, es importante. No en un sentido didáctico. Somos lo que somos, considerando nuestra exposición al cine animado, por las ideas que hay en los relatos que vemos de niños. Bueno, en parte. Pero es una parte importante, no se puede negar.